miércoles, 13 de febrero de 2008

FEEDERS

Hace unas cuantas reseñas atrás, hablábamos de "Splatter Farm", el primer largometraje de los reyes de las SOV (shoot on video), pelis de género rodadas en formato magnetoscópico y con más bien poco dinero, John y Mark Polonia. En esta ocasión volvemos a encontrarnos con ellos, aunque el motivo sea dedicar unas líneas a otro de sus inventos, en este caso aquel que les hizo realmente populares (o anti populares) entre la platea de bobalicones aficionados al horror y aledaños, "Feeders".
Pero no sería justo adjudicar todo el mérito a Mark y John Polonia, ya que en esta ocasión otro individuo les acompañaba, y menudo es. A lo largo de su inquieta carrera artística, Jon McBride ha ejercido de director de cine chungo (suya es "Cannibal Campout", uno de los títulos más emblemáticos -y gore- de las SOV. Le seguiría otra, "Woodchipper Massacre", que resultó ser una decepción dada su preferencia por la comedia negra en lugar de la truculencia excesiva), de realizador publicitario y video-clipero, actor (y no solo en productos caseros, también ha interpretado papelitos en sitcoms televisivos, e infra-papelitos en pelis del calibre de "Perseguido"), músico (en la red rondan un par de clips en los que sale canturreando, la mar de graciosos) y escritor (por lo que sé, está trabajando en una novela de terror). Un tipo interesante. Llegado el momento, se asocia con los Polonios y comparte la culpa de varios títulos, entre ellos este "Feeders".
Un par de lerdos (McBride y John Polonia, este segundo con unas pintas de "nerd" fabulosas) van de excursión, justo en el momento que unos marcianos deciden invadir la tierra. Ajenos a los crímenes que las pequeñas criaturas (un par de muñecotes bastante estáticos) cometen por el lugar, la pareja hace fotos y da largos e interminables paseos mientras una música realmente taladrante se repite una y otra vez. Finalmente, comienzan a ser conscientes de lo que ocurre y, a partir de entonces, se convierten en el blanco de interés de los puñeteros invasores.
"Feeders" se hizo especialmente famosa en su época gracias a que la cadena de video-clubs "Blockbuster" decidió adquirirla e incluirla en su catálogo, distribuyéndola por todo USA. Naturalmente, y como es de ley en la naturaleza humana, ello no provocó más que ataques de rabia y pura envidia por parte del 85% del fandom que, desde ese momento, no cesa de meter puyas a los Polonia. En fin, más de lo mismo.
El caso es que "Feeders" es una peli realmente curiosa. Un producto 100X100 amateur que, sorprendentemente, se aleja del clásico horror ultra-gore para adentrarse en la arena del thriller de ciencia ficción con unas dosis de sangre bastante normalitas, propias de cualquier serie B standard (y de tetas, ni hablar). Los efectos especiales digitales son de lo más rudimentario, destacando especialmente algunos trucos típicos de mesa de edición que sus responsables no se cortan un pelo en airear. Es especialmente gracioso el momento en el que McBride recorre una supuesta ciudad abandonada (su barrio a las seis de la mañana, algo que canta mucho) mientras ve como los extraterrestres destruyen edificios (imágenes de demoliciones sacadas de algún documental en las que el raccord lumínico queda bastante roto... incluso machacado).
Es evidente que los protagonistas son así mismo los realizadores, ya que su presencia ocupa la mayor parte del metraje. Y no digo que sea por una cuestión de ego, sino de pura necesidad. El tercero en discordia, Mark, se reserva las tareas tras la cámara... salvo para interpretar al supuesto doble clonado de John... ya saben, hay que sacarle partido a todo, incluso al hecho de ser gemelos.
Me cae bien este trío creativo. De entrada se apartan bastante del típico realizador de ultra-gore videográfico, sus obras son un pelín más serias que la media (y eso que a McBride le chifla la comedia, algo obvio viendo sus trabajos en solitario) y transpiran ese entusiasmo ingenuo que tanto se echa en falta hoy día. Tienen talento, pero tampoco se obsesionan en demostrarlo, se nota que lo pasan bien, y eso es lo primero. Otro aspecto a admirar y respetar es su constancia; a pesar de las inevitables críticas salvajes de rastreros y demás entes infrahumanas, ellos han seguido a lo suyo, grabando en vídeo (y 16mm recientemente) sus epopeyas terroríficas anodinas y casi minimalistas, y han visto cómo compañías varias se las editaban en video y/o dvd. ¿Cuantos querrían?.
Aviso a los impacientes: Al final de "Feeders" va un trailer de otra de las joyas del tandem Polonia/McBride, "Terror House", y la verdad es que pinta deliciosa.
Ah!, hubo un "Feeders 2: Slay Bells" que incrementaba aún más el aspecto casero de la empresa. Si algún día la veo, no duden en que se lo haré saber a través de este blog.