miércoles, 26 de marzo de 2008

WHEN EVIL CALLS

Ya he comentado en alguna ocasión mi intención de evitar hablar en este blog de películas que no me gustan (por aquello de no arrojar más mierda de la que ya hay en internet), pero el caso de hoy es especial. Lo adelanto: "When evil calls" es una peli horrible... pero al mismo tiempo, extrañamente atractiva... curiosa... no sabría decirlo. Esa falta de palabras es la que me ha empujado a escribir esto.
Hasta ayer noche, la única producción que había visto de su realizador, Johannes Roberts, era "Hellbreeder", y os aseguro que me sentó peor que... no se, ¿un tumor en los testículos?. Tenía franca curiosidad por ver otra del mismo menda, "Demonic", pero tras la decepción inmensa de "Hellbreeder", me dije: "A este tío, ni pan". Sin embargo, un buen día, mi amigo y colaborador de "Aquí Vale Todo" Víctor, escribió la reseña de "When evil calls" en su genial y desaparecido blog "Aceite de Ricino", y no la dejó especialmente mal, a pesar de haber sufrido en sus carnes el martirio de visionar otras obras del bueno de Johannes. "Si le gusta a él, tal vez me guste a mi" pensé, y me hice con una copia.
Cristo... que película más inhumanamente horrenda. Todo en ella es tremendamente estúpido. A ver, ¿de qué va?, básicamente de un payaso siniestro (el look mola, eso si) que concede deseos vía móvil a un grupo de estudiantes con complejos y carencias. Obviamente, cada deseo se tuerce, y se cumple pero a lo chungo. Un chaval gordito que quiere ser delgado, termina aplastado por un camión. Una moza que desea ser más guapa que su amiga, ve como a esta le cae un líquido corrosivo en la cara, etc, etc... en general, todas las resoluciones "malignas" de los deseos son terriblemente previsibles y carentes de imaginación ("No quiero ver más su cara" y pierde los ojos... "Quiero las tetas más grandes" y crecen hasta estallar). Pero todo esto narrado a modo de sketchs, como si fuera una peli de historias, solo que estas duran unos cinco o seis minutos cada una, precedidas de un título y el anuncio de "Felicidades, has ganado un deseo", siempre exactamente igual. Vamos, que como quien dice no hay una historia propiamente dicha... dura hora y veinte, pero podría haber llegado a los 240 minutos de haber querido. Sin embargo, todo esto alcanza un sentido cuando descubro que, en realidad, “When evil calls” es la recopilación oficial de una serie originalmente destinada al consumo por móvil... ¡aaaaah!, vale. Eso explica mucho, pero no arregla el entuerto.
Y entre historia e historia, Sean Pertwee, un tipo al que le chifla sobreactuar y echar babas (salvo en "Horizonte Final", siempre le he visto hacer lo mismo). Lo extraño (otra más) de esta película es que pululan por ella actores conocidillos, como Chris Barrie (el "Rimmer" de la serie "Red Dwarf") o Dominique Pinon, que ya salía en "Hellbreeder", y está especialmente desmadrado... incluso parece borracho.
El desenlace es una versión de estar por casa y muy muy cerda de "Wishmaster", film este con el que "When evil calls" tiene muchos puntos en común, aunque su verdadera fuente de inspiración es el terror de origen nipón que nos ha dado la murga durante los últimos años.
Otro aspecto insultantemente destacable son sus efectos especiales. Los de maquillaje son muy chungos, pero los digitales son aberrantes, muy muy cerdos, sobresaliendo el brazo cercenado de cierta chica anoréxica que solo quería perder "La mitad de mi peso". Bastante mejor es el aspecto tetas, hay bastantes, incluso más de un número lésbico de aquel de mojar pan. Algo es algo.
Y es que estamos ante un intento de "comedia de horror", lo que ocurre es que los Ingleses (y esta peli lo es, ¡y mucho!) cuando tocan el terreno del humor, o lo hacen de puta madre y rompen moldes... o les sale una mierda... eso si, todo el talento que despliegan en la comedia, no luce prácticamente nada cuando se trata de terror, y aquí incluyo a la "Hammer Films" y a Clive Barker (vale, salvo "The Descent"... y tal vez "Creep", aunque sea una co-producción con Alemania).
Aún así, y como decía, los elementos de "When evil calls" son tan absurdamente anodinos, que uno termina por sentir cierta fascinación, y hasta algo de afecto por su realizador, un tipo que va más perdido que un hijoputa el día del padre, buscando desesperadamente un estilo personal, sin encontrarlo, pero cuya cabezonería comienza a despertar mi simpatía. Sería incluso capaz de volver a ver "Hellbreeder" y agenciarme "Demonic", ¿apuestan algo?.
Ah!!... un punto a su favor: El susto final, me lo comí de lleno.