lunes, 26 de mayo de 2008

100 MILLION BC

Cuando se estrenó "Parque Jurásico", todos nos quedamos patidifusos ante aquellas sabrosas y proto-realistas recreaciones informáticas de los dinosaurios. Quien nos iba a decir que, unos cuantos años después, sería algo tan común que incluso la más penosa serie Z podría permitírselo. Los efectos infográficos de "100 Million BC" son muy pobres, en general canta a la legua su origen pixeloso y en ocasiones están rodeados por una molesta bruma que emborrona la imagen... pero para tratarse de una producción de ínfima categoría, no son TAAAN horrendos.
Nos encontramos ante una película que lleva el sello de The Asylum, la infame factoría de plagios que tantos debates provoca entre círculos cinéfagos. En este caso, se trata de su intento de fotocopiar la epopeya prehistórica de Roland Emmerich, con algunos añadidos de la -again- saga jurásica iniciada por Spielberg.
Un comando muy Matteiano se pega un viaje en el tiempo a la época de los dino-bichos con el fin de rescatar a otra pandilla que se quedó allí estancada a causa de un experimento temporal fallido realizado 60 años atrás. La misión sale bien y deciden regresar a la actualidad... pero un descuido hará que una de las criaturas prehistóricas (que dudo existiera de verdad) se cuele por la puerta temporal y arme la marimorena en plena civilización.
"100 Million BC" arranca bastante bien. Toda la parte del rescate está razonablemente entretenida (para los estándares de Asylum, claro), incluso te ríes un rato con los patéticos efectos especiales, y no solo los digitales, también los de goma. Pero una vez el dino se cuela en plena city, la cosa se convierte en un coñazo padre, compuesto de interminables persecuciones cuyo único fin es alargar metraje (táctica muy habitual de la factoría). Es aquí donde la ya evidente pobreza de medios se vuelve prácticamente ofensiva, con una ciudad casi desértica, un ejército minúsculo y poca cosa más.
Resulta curioso cómo, mientras en "El sonido del trueno", se tomaban todas las molestias del mundo mundial para evitar cualquier posible paradoja temporal, en esta peli se pasan por el forro el llamado efecto mariposa. Nada más llegar a la prehistoria, el comando dispara contra todo ser viviente, pisotea plantas e incluso escribe mensajes en las paredes de las cuevas. La bomba, vamos. Encima, ya de vuelta, y tras 60 años atascados en otro tiempo, a los recién llegados no les sorprenden ni lo más mínimo los avances tecnológicos que presencian. Eso es capacidad de adaptación, oiga.
Como todo atentado del asilo, este también cuenta con un rostro razonablemente popular en horas bajísimas -más, si cabe-, Michael Gross, el obseso por las armas de la saga "Temblores".
Lástima... apuntito he estado de elevar un poquito la estima que tengo por The Asylum. Pero no.