viernes, 29 de agosto de 2008

MÁXIMA ANSIEDAD

Aaaay, ¡el cine y su poder curativo!. Nada como una buena dosis de peliculismo para que todo lo feo desaparezca durante 90 minutos (con suerte). Eso si, hay que elegir la película adecuada, por supuesto. ¿Y es "Máxima ansiedad" dicha película?. Hombre, quizás no sea la mejor de las recetas, pero el dolor de cabeza lo quita, desde luego.
Estamos en 1977. El bueno de Mel Brooks dejaba atrás de su etapa dorada ("El jovencito Frankenstein", "Sillas de montar calientes", "La última locura"...) y comenzaba a decaer. Vale que aún faltaba por venir la divertida "La loca historia del mundo" pero, siendo francos, el hombre no volvería a revivir sus momentos más inspirados (curiosamente, estos coinciden cuando en su cine dejan de intervenir Gene Wilder y Marty Feldman). Por eso "Máxima Ansiedad" ya comienza a hacer muestras de cansancio, sobre todo desde su mitad hasta el final.
Por si no lo sabíais, se trata de un homenaje paródico al cine de Alfred Hitchcock. Hay citas a "Psicosis", "Los pájaros", "Vértigo" o "Con la muerte en los talones" y en general Brooks intenta recrear, a su manera, el estilo del maestro del suspense. Por ahí dicen que no lo consigue, aunque claro, Brooks no es Hitchcock... y este no es Brooks, así que...
El caso es que en la peli el judío interpreta a un psiquiatra que entra como director de un instituto dedicado a curar la mente de los muy, muy enfermos (literalmente). Una vez allí, descubrirá un complot para asesinar a un importante empresario, movida que intentará detener con ayuda de la hija de este. O algo parecido, tampoco es que me quedara muy claro. ¡Pero no importa!, porque lo que sí importa es que "Máxima Ansiedad" es una comedia tontorrona, sin nada especialmente llamativo (salvo los gags directamente inspirados en "Los pájaros" y "Psicosis" y las coñas a costa de retorcidos movimientos de cámara), pero que entretiene lo justo.
Para llevarla acabo, Brooks se rodeó de algunos de sus habituales, como Madeline Kahn, Cloris Leachman, Harvey Korman, Ron Carey o Charlie Callas. En el guión tenemos a Rudy De Luca (el hombre que un poco después dirigiría "Transylvania 6-5000". En la peli interpreta a un divertido psicópata que adora matar) y Barry Levinson, nada menos, el prestigioso director de "Rain Man" que en aquella época solía colaborar con Brooks y los suyos. Además, interpreta a un desquiciado botones tan aficionado como Norman Bates a interrumpir la sagrada hora de la ducha.