lunes, 27 de abril de 2009

ZOMBIES NAZIS (DEAD SNOW)

Tengo una teoría según la cual “Braindead” ha hecho mucho daño al cine de terror, y al de zombies en particular. No me entiendan mal, Peter Jackson hizo una buena peli, pero los que decidieron imitarle no entendieron la jugada, motivo este de que todos los pseudos-“Braindead” consiguientes sean, en general, apestosos. Ello logró que cada vez que me encuentre con un producto con pinta de encajar en esa categoría me eche para atrás. La mayor parte de las veces me armo de valor… lo veo… y acabo reafirmando mis temores. “Dead Snow” entra de lleno en ese grupo.
Producida en Noruega, lo que le da un aire altamente exótico, el film chupa de los neo-clásicos de siempre y, ejemplo arriba citado aparte, también abunda en referencias a “Evil Dead”… eso si, tan mal entendidas y aplicadas como suele ser habitual.
Unos chavales van a pasar la semana santa a una cabaña en plena montaña. Reciben la inquietante visita de un tipo que les habla de ciertos soldados nazis congelados bajo la nieve y un tesoro perdido. Naturalmente, los chavales localizarán este último, lo que provocará que los mentados salgan de sus tumbas a reclamar el oro.
Dicha premisa no es más que una excusa para acumular clichés, homenajes, plagios, gore y muchos gags visuales que, por forma y desarrollo, remiten totalmente al film de Jackson (algunos son muy buenos, como el intestino del que quedan colgando un par en pleno barranco o la idea de un humano mordiendo a un muerto viviente!!... pero la mayoría son bastante flojicos).
Y ahí está el problema. El mérito de Peter Jackson estuvo en saber mantener un tono y una estética constante y coherente a lo largo de todo el metraje. Sus imitadores, Tommy Wirkola inclusive (el dire del film comentado), no. “Dead Snow” no sabe por donde tirar, a escenas seriotas, bien fotografiadas y hasta inquietantes (destacando la gruta en la que se esconden los zombies) le siguen otras chorras y absurdas (y ridículas) que rompen con el tono logrado y molestan. Por ejemplo, hay un momento en el que uno de los protas, accidentalmente, mata a su novia. El momento es tratado de modo dramático e impactante. Instantáneamente, el mismo personaje ejecuta una serie de patochadas gratuitamente sangrientas e inverosímiles que no casan. Y es que, en esencia, “Dead Snow” son 30 minutos de película con narrativa, y 60 más de gags entrelazados.
Mención aparte merece el personaje del frico del cine de horror. Ya sabemos que su función es la de ganarse a ese sector del público fan del género, y es algo que comienza a oler. En ese sentido, hay un momento en el que dicho personaje comenta: “¿Cuántas películas empiezan con un grupo de jóvenes de fin de semana en una cabaña?”, a lo que yo añadiría: “¿Cuántas películas empiezan con un fan de las pelis de terror que comenta que cuantas películas empiezan con…?”. La parodia del cliché es ya un cliché en si mismo. Y, eso si, me creo antes que unos nazis muertos puedan volver a la vida que un frico del cine de horror, algo torpe y gordito, sea blanco de los intereses de una pava buenorra… ¡¡JA!!.