domingo, 26 de abril de 2009

SAN VALENTÍN SANGRIENTO (SIN CORTES, NI RELIEVE)

Mientras DESespero que se estrene el remake en tres dimensiones, ayer noche me zampé lo que fue la aportación oficial (¿la primera?) de los Canadienses al género del slasher, el campeón de las taquillas en aquellos tiempos. Hablamos del 81. Entre su equipo de productores encontramos nombres relacionados con los inicios de la carrera de David Cronenberg en esto de los escalofríos, y también alguno que, gracias al éxito de la aventura, lo intentaría de nuevo con parcos resultados (la muy muy mediocre "Cumpleaños mortal").
Guste o no, "San Valentin Sangriento" es uno de los clásicos del cine de acuchillamientos, y uno de sus mejores títulos (ya saben, en el país de los ciegos...), tan representativo como lo fueron los intocables ("La noche de Halloween", "Viernes 13") y los no tanto ("La Quema", "Navidades Negras", "Prom Night"). Todavía no se habían estrujado todas las festividades disponibles (en este caso, obvio, el día de los enamorados), ni todas las armas características (el pico, muy explotado en el remake) y aún faltaban escenarios a los que recurrir (una mina) y maneras de matar (varias)... aunque los ya entonces clichés asoman sin vergüenza, tales como el viejo loco aguafiestas ("No vayáis bla, bla, bla"), el sheriff estresado, el alcalde... y, cómo no, el grupo de jovenzuelos despreocupados, berreones, que no paran de soltar grititos, decir sandeces y beber cerveza (resumiendo: Perfectamente aniquilables).
Joder, que "San Valentin Sangriento" NO es una gran peli, pero es un slasher de los buenos, y a pesar de sus defectos (algunos actores dan grima y a ratos no puedes evitar reírte un poco), funciona y entretiene. De chaval ya me daba miedo la carátula del VHS (la misma que aquí os dejo, aliñada con un poco de polvo) y cuando la vi, a solas en la sala de estar, incluso tuve escalofríos (con las secuencias de persecución por las minas, gran emplazamiento de atmósfera no del todo aprovechada).
Lo que no sabía en aquel momento es que estaba viendo una versión censurada. Conocía las oscuras leyendas de los cortes sufridos en algunos títulos de la saga de Jason Voorhees, pero no respecto a este film, lo que por otro lado es algo lógico si tenemos en cuenta que los distribuidores eran los mismos, la Paramount, entonces sedienta de cualquier cosa relacionada con asesinos enmascarados. ¿Y se nota el tema "Uncut"?, ¡¡ya lo creo que si!! y lo más triste es que dichos cortes no solo afectan en el terreno estrictamente morboso, también en el narrativo. El final de "San Valentín Sangriento" me parecía precipitado y absurdo... ahora, tras ver los segundos extirpados, sigo opinando que es absurdo, pero no tan precipitado y sí más impactante. A esto añádanle unos cuantos instantes de más recreación en el resto de crímenes, cuya eficacia queda resaltada por el hecho de que dicho material no ha sido remasterizado, ni limpiado digitalmente, por lo que hace gala de un look más sucio, de colores más vivos, que interviene a la hora del babeo placentero. Destaco la secuencia en la que el psycho mata al borrachín del pueblo. En la versión antigua veíamos velozmente cómo el pico se clavaba en su mandíbula, y poco más. En esta, dicho artefacto asoma la punta por la cuenca del ojo, llevándose consigo el globo ocular!!!!... y, en general, las agonías de las víctimas son más extensas. Puta censura!!!.
Por lo demás, el film no ha cambiado mucho. O nada.
Durante las fiestas de San Valentín, unos mineros quedan atrapados a lo largo de varios días tras un derrumbe por culpa del descuido de sus jefes, más ocupados celebrando dicha festividad. Solo sobrevive uno de ellos, gracias a que practica el canibalismo con sus compadres fenecidos (dato este que en la versión íntegra VEMOS, mientras que en la antigua era algo que prácticamente sólo OÍAMOS). Loco de atar, el tipo regresa un año después y se venga, cargándose a los responsables del infortunio. Pasan muchos años en los que el pueblo de turno evita celebrar el día de los enamorados. Superados los miedos, deciden romper la norma, lo que traerá terribles consecuencias. De por medio, un melodrama romántico en el que una churri tiene que decidirse por dos barandas que aspiran a tenerla entre sus brazos. Es decir, uno sobra. A poco que estés puesto en estas cosas del cine comercial y sus resoluciones narrativas fáciles, sabrás al instante quien es el asesino enmascarado (vestido de minero, a todo esto).
Yo la recomiendo, claro... pero es que a mi el slasher, y sobre todo el primigenio, me pierde.