viernes, 5 de marzo de 2010

MUERTE ANTES QUE DESHONOR

Inconfundible producción proto-patriótica muy de su época, 1987, un año la mar de inspirado para la "New World Pictures", que en esas mismas fechas también parió/distribuyó títulos tan emblemáticos como "House 2", "Hellraiser" o "Creepshow 2". Eran los tiempos de Reagan en la presidencia, y aún estaba caliente el hit de "Rambo" y sus consecuencias, tocaba currarse una de esas pelis en las que ser marine es maravilloso, casi como ir de acampada con los colegas, en las que el universo está plagado de americanos majos y rebosando buenos sentimientos, capaces de dar su vida con tal de salvar al mundo (bueno, primero a su país) de la mano de los malvados terroristas (Árabes, para más señas. De hecho, según wikipedia esta peli está considerada como una de las más anti-árabes de toda la historia de Hollywood). Esa clase de productos en los que se muestra la agonía/muerte de jóvenes cadetes, implorando la vuelta al hogar materno entre espasmos y dolores, mientras que los malos... la palman y yastá.
Que nadie se equivoque... no soy anti-americano, ¡¡para nada, jamás de los jamases!!, simplemente tampoco soy ciego.
La peli se abre con la impactante escena de una masacre familiar (niños incluidos) por parte de unos terroristas (uno de ellos chica y, encima, medio-lesbi!). De ahí pasamos a la historia en si, en la que un alto rango del ejército militar es secuestrado, lo que obligará al héroe de turno a pasarse las normas por el forro y arrasar medio reparto de extras con tal de efectuar el consabido rescate. Todo ello plagado de explosiones y una violencia que, sin llegar al exceso, nos regala algunos momentos regocijantes (como esa tortura mediante taladro).
En el reparto destacan los rostros de Joanna Pacula, Paul Winfield y la por entonces futura estrella de los video-clubs Sasha Mitchell (sustituto de Van Damme en la saga "Kickboxer"). El prota, Fred Dryer, no acabó convertido en un icono de la acción de la época, no se si por falta de "algo" o por propia decisión. Terry Leonard, reputado coordinador de especialistas que ha currado en pelis de peso, ejerce de director por primera y última vez.
Un film -distribuido en las españas por el mítico José Frade- perfectamente visible para aquellos que busquen un buen rato de entretenimiento sin complicarse demasiado la vida.