domingo, 8 de mayo de 2011

666: BEWARE THE END IS AT HAND

Para los que no lo sepáis aún, Nigeria es la -dicen- segunda industria cinematográfica más grande del mundo, después de Bollywood y antes de Hollywood. De hecho, ya se le ha bautizado como Nollywood y hasta rula un documental por ahí. De momento sus producciones (todas rodadas en vídeo y haciendo gala de muy escasos recursos) son demasiado exóticas para llegar aquí, tal vez dentro de unos años pase como con el cine Indio, que se ponga de moda, traspase fronteras y pierda la magia. Pero hasta que eso ocurra, resulta bastante difícil acceder a una peli Nigeriana. Hace unos días tuve la suerte de poder visionar una sobre la que ya había oído hablar antes (¿tal vez porque sea la más famosa?) y que, por fortuna, pertenece al género más popular en aquellos lares, el terror. Eso sí, con una contundente carga pro-cristiana. No en balde, su productor, Kenneth Okonkwo, es un predicador (como bien claramente -y orgullosamente- figura en los créditos).
Comenzamos con una escena dantesca que, en cierto modo, recuerda al José Mojica Marins más verde. En un decorado muy cutre que simula el infierno a base de cromas, una panda de Nigerianos, ataviados cual demonios con cuernos y el "666" escrito en sus frentes, no paran de reír como locos. Uno de ellos, barbudo y sentado en un trono, dice ser Lucifer y, sobreactuando desmedidamente, asegura que se dispone a expandir el mal por la tierra. A continuación somos testigos de distintos sketchs, o viñetas, en los que presenciamos actos de maldad pura. Destacan una preñada a la que unos bándalos le abren el estómago y le quitan el bebé (con unos FX rudimentarios pero resultones), o una prostituta que se ve obligada, pistola en mano, a lamer la herida asquerosa que un tío tiene en el tobillo (!!!). Suerte que por ahí rula el predicador Lazarus (el mejor actor del elenco y el que mejor habla el inglés, que es el idioma con el que se ha rodado la peli... aunque algunos lo pronuncien fatal y cueste un huevo entenderlos), que se dedica a ir por las calles pregonando la voz de Jesús a base de cánticos y verborrea. Lucifer lo descubre y manda a uno de sus esbirros que, ¡ojo al parche!, se hace pasar por homosexual y seduce a un chico al que penetra analmente. Es muy gracioso ver a ambos actores actuar como mariquitas, y más cuando el demonio se toma la molestia de cubrirse con una sábana antes del acto. Naturalmente el muchacho -el enculado- pagará su "osadía". En eso que asistimos al parto del anti-cristo (la doctora es la única actriz blanca) y damos un salto de ocho años para verlo convertido en un niño -que actúa con mucho salero- la mar de golfo y malo (mata a su padre y se echa una risa diabólica que es para mear y no echar gota). Finalmente, este y el Sr.Pedricador se las verán cara a cara y se enfrentarán en el combate final entre el bien y el mal, a base de efectos de ordenador de quinta división compuestos de rayos, luces y "Kame hames" varios. La peli termina tras menos de 80 minutos de metraje y, durante los créditos, el amigo Okonkwo asoma los morros para recordarnos que "Jesús te ama". El director se llama Ugo Ugbor.
No hace falta decir que esto, rodado en los Estados Unidos hace más de 50 años, sería el típico producto "exploitation" de propaganda cutre-cristiana que, tras tanta moralina, en realidad lo que hacía era aprovecharse del morbo de ver imágenes prohibidas. De hecho, seguramente la intención de estos Nigerianos sea más honesta y real, todo transpira una inocencia bárbara la mar de encantadora. Puntualizar que, salvo alguna cagadita, esta gente sabe filmar y montar mejor que otras cinematografías exóticas (y pobres).
¿Y qué decir de "666: Beware the end is at hand"?, pues que de entrada lo estaba flipando y no me enteraba de nada (no ya por el idioma -que es inglés y lo entiendo, a pesar de acentos varios-, sino por la estructura narrativa), pero cuando he comenzado a cogerle el truco, la cosa ha pillado un mejor color, me he divertido, me he entretenido, se ha acabado antes de lo que esperaba y... sí, me ha fascinado. De verdad. Y lo más gracioso es que no lo digo porque sea una peli risible lista para ser ridiculizada... es obvio que puede resultar involuntariamente cómica (la parte de los gays es francamente lo más descacharrante), pero joder, que me ha molado por lo que es... por ser una manera distinta y muy suya de ver y hacer cine. Y eso está muy bien.
Lo mejor de todo es que existe una secuela, "666 2: The End Is Nearer, But Still At Hand".