martes, 3 de enero de 2012

RARE EXPORTS, UN CUENTO GAMBERRO DE NAVIDAD

Mucho premio en Sitges, muy buena prensa, mucho fan rasgándose las vestiduras… pero que quieren que les diga, RARE EXPORTS es la mierda más infame, aburrida, desagradable y absurda en el mal sentido de la palabra, que he medio visto en mi vida.
Me he dormido en el cine en contadas ocasiones. Muy poquitas, quizás en un futuro se podría hacer un “top 10” de las mejores películas para cabecear en el cine. Son esas películas cuyo aburrimiento y poco que ofrecer, provocan en mí un efecto narcótico, que me hace dormitar a pierna suelta en la sala. RARE EXPORTS, es una de ellas. Me dormí durante más o menos media hora, la media hora central. Pero por el desenlace, la verdad es que no me perdí nada medianamente relevante. Menudo pestiño.
Por ahí por Finlandia, unos americanos que están escavando en una montaña, descubren en el interior de la misma algo de serrín. Resulta que esa montaña fue utilizada como heladera para almacenar un bloque de hielo con algo dentro. Comienzan las explosiones, y con ellas, los lobos de la zona, asustados y alerta, se comen el ganado de los lugareños, que se cabrean por todo lo acontecido. El hijo repelente de uno de ellos, comienza a investigar, y descubre que lo que hay allí congelado es Santa Claus, que lejos de ser el simpático hombre gordo y rechoncho que todos conocemos, es diabólico y malo. Después de la cabezada, lo que veo en pantalla son muchos viejos en pelotas, corriendo por la nieve, que resultan ser muchos Santa Claus, que quieren secuestrar a los niños de la zona, mientras se cargan a todo bicho viviente.
Bien, no puedo hacer una reseña muy concisa, habiéndome dormido en el ecuador de la película, pero he de decir, que durante los primero minutos, me entraron ramalazos de irme por lo aburrido del asunto. Durante la última media hora de película, estuve dos veces tentado de irme de la sala, porque la cosa no había mejorado ni un ápice. Y durante el desenlace, en el que comprendí todo, me entraron ganas de prender fuego al cine.
¿Cómo es posible que una película de tan buena factura, no tenga ni un solo minuto soportable? Quizás sea tan solo porque es Finlandesa, o que sea yo muy garrulo.
En cualquier caso, los niños protagonistas, tienen una hostia a mano abierta estilo Bud Spencer, que no se la quita ni su puñetero padre.
La película es la versión alargada del corto que la precede RARE EXPORTS INC. que gozó de algo de éxito en su país. Dirige – Adecuadísimo nombre- Jalmari Helander… ¿pero de verdad le importa a alguien este hombre?
Lo dicho; aburrimiento en su máximo esplendor.