miércoles, 14 de noviembre de 2012

AL FILO DE LA NAVAJA

Típico producto ochenteno de tercera, con aspecto de producto setentero sobre venganzas urbanas, del que, seguramente, debió tomar buena nota Tarantino, además del “Blaxplotation”, a la hora de plagiar para hacer “Jackie Brown”.
Una mujer descubre que su marido es un camello cuando una panda de mafiosos de poca monta asalta su casa para cobrar una deuda y asesinar a su hijo. Por otro lado, una vieja leyenda del deporte venida a menos, se gana la vida como taxista. La mujer alquila su taxi para que la lleve a diferentes lugares. Pronto descubren que la intención de esta mujer es ir matando a los asesinos de su hijo, uno por uno ¡Y decide ir en taxi!. Al enterarse el taxista de esto, decide tomar parte activa de esta venganza, aunque en consecuencia surjan todo tipo de problemas, y, lógicamente, alentado por el enamoramiento.
Lo bueno de estas películas, en su mayoría ambientadas y filmadas en Nueva York con pocos medios, es todo el rollo urbano que destila; las calles, el macarrerío, los cines anunciando películas de estreno (en este caso vemos dos enormes carteles que anuncian “Creepshow” y “Star Trek II”), la niebla saliendo de las alcantarillas… y en este “Al filo de la navaja” incluso la idea de base no está nada mal. ¿Qué es en lo que falla? En todo lo demás. El guión hace aguas y hace alarde de un tempo lentísimo, sin ningún ritmo, con lo que acabamos bostezando de la manera más espantosa. Pero mola por lo chanante del asunto y el carisma de los personajes. Aunque esto no sirve para salvar la película de la más cruel quema. Pero claro, el interés radica en sus míticos actores, porque tenemos por ahí a Robert Foster como tiradísimo taxista, y de malo maloso, tenemos a Joe Spinell, ambos en su salsa y en sus mejores momentos, y solo verles el careto, ya es aliciente para continuar visionando este bodrio.
Dirige el cotarro Norbert Meisel, que solía actuar en sus películas, y que rodó más bazofias del mismo estilo.
Pero da igual la película, una ponzoña más. Lo mejor es lo referente a sus ediciones videográficas:
De título original “Walkin the Edge”, la película tuvo hace unos años una edición en DVD, que es la que ilustra esta entrada. Sin embargo, ya fue editada en VHS en los ochenta con el estúpido título de “Al filo de la navaja II”. Esto está muy bien, salvo por el pequeño detalle de que no existe un “Al filo de la navaja 1”… en todo caso un dramón con Bill Murray titulado “El filo de la navaja” que absolutamente nada tiene que ver con esto… ¿Quizás una estrategia comercial para hacer creer al público que era la secuela de una peli acojonante? A saber.
En cualquier caso, aquí les dejo la carátula de aquella primera edición en vídeo.