martes, 4 de diciembre de 2012

LA BRUJERÍA A TRAVÉS DE LOS TIEMPOS

Película muda Sueca de un culto atroz, que se nos vendió siempre como una película escalofriante rara e ignota, y en 1922, año en el que se realizó, desde luego debía serlo; en ella vemos cuerpos de mujer desnudos, demonios ciertamente escalofriantes y bien hechos (Aparece uno de latex curradísimo y nada propio del cine mudo), gestos lascivos y émulos de masturbación por parte de estos, torturas varias, brujas besando el culo de los demonios, bebés quemados en la hoguera, latigazos, blasfemias e incluso humor... Sin embargo estas cosas, vistas ahora, no impactan en absoluto, pero comprendo el porqué del culto actual a esta película. Y desde luego no estamos ante un Harold Lloyd, ni siquiera ante un Murnau. El director Benjamin Christensen, era un visionario, un adelantado a su tiempo, ya no solo en cuanto al uso de las trasparencias y los trucos de cámara, si no ya en el tema de los efectos especiales donde podemos ver, quizás por primera vez, una esena de animación stop motion, y unos maquillajes efectivisimos, que si los vieramos en una película de hoy, todavía resultarían válidos.
Entre el documental y la ficción, y con los rotulos explicativos más largos de la historia del cine mudo, el director nos explica las supersticones, la brujería y el satanismo de la edad media, y lo hace a través de dibujos de la época, y por fragmentos filmados donde se escenifican todos estos temas. Estructurado en siete capítulos, y tras ver un montón de escenas terroríficas, la conclusión final que saca el director, es que la brujería existío en el medievo, y existe hoy en dia, porque las brujas de hoy en día, son las mujeres histericas que necesitan tratamiendo psiquiatrico. No puedo estar más deacuerdo.
Así pues, a los curiosos, que no se esperen una película escalofriante y repugnante, porque es muy antigua, pero lo que si verán, es una absoluta obra maestra del cine mudo en general, y del cine fantástico en particular, muy superior a cualquier clásico reconocido del cine mudo, y una película extremadamente moderna –en el buen sentido de la palabra- en su concepción, en su montaje, en lo que cuenta, en como nos lo cuenta y en defínitiva, una película imprescindible para todo aquél que le guste el cine. Que además, son casi dos horas, y se pasan volando, así que no hay que tener paciencia. Está entretenidísima.