sábado, 1 de diciembre de 2012

MI AMIGO EL VAGABUNDO

Mantengo la teoría, de que lo mejor que hizo Paul Naschy, son las películas que el dirigió, y más concretamente, las que dirigió fuera del fantaterror. Que estas, no obstante, fueran ninguneadas, es otro cantar.
Así pues, y con permiso de “El Caminante”, estaríamos ante lo que yo considero, la mejor película de Jacinto Molina. Si, como lo oyen, técnicamente y narrativamente hablando. Una peliculita destinada a un público familiar, con la navidad como telón de fondo y con una historia que ya hemos visto mil veces, pero que como película de entretenimiento que es, funciona. De hecho, salvo por algunos aspectos muy ligados al universo “Naschyano”, podría pasar perfectamente por una película de corte popular de Javier Aguirre.
Y es que todas las carencias de las que hace alarde Naschy en sus películas, no son tales en “Mi amigo el Vagabundo”. Es una película para todos los públicos, para lucimiento de su protagonista José Luis López Vázquez, rauda en su ejecución y entretenida, que va al grano y cauando se acaba, te quedas tan agustito.
“El Duque” (Olvídense de Miguel Ángel Silvestre), es un músico ambulante que malvive tocando canciones de tipo autor en el metro. Va acompañado de un niño al que suponemos su hijo. Pronto descubrimos que se trata del hijo de una puta, que murió en un accidente de tráfico, y que está con “El Duque”, porque este decidió hacerse cargo del niño que estaba solo. Un buen día el niño, Sergio, conocerá a una pareja adinerada que perdieron al hijo que esperaban, y se encaprichan con el, así que deciden adoptarlo, apartándole de la tutela de “El Duque”, que no tiene donde caerse muerto. Un secuestro de por medio, y la inaguantable separación de vagabundo y niño, completan la película.
Lo de siempre, y como es obvio, acabará bien.
Jacinto Molina, luciendo un peluquín que me da envidia hasta a mí, no sabe estar en una película sin disfrazarse, así que, colándonos una serie de sueños que tiene el niño, aquí se nos disfraza (y disfraza al pobre José Luis López Vázquez) de Cowboy, de Mosquetero, y de dios sabe que mamarrachadas más, y son los únicos momentos en los que pasamos vergüenza ajena con la película. Y es que a Naschy, se ve que le gustaba un montón disfrazarse, como ya demostró en “El aullido del diablo” o en “El último Kámikaze” o en esa obra maestra del despropósito que es “Operación Mantis”, y es que no conozco persona en el mundo que le queden peor los disfraces que a el. Lástima que no se diera cuenta en el momento de rodar estas películas, máxime cuando, como es el caso, los disfraces utilizados son de tienda de disfraces normal y corriente… así al sombrero de “El Zorro” que luce López Vázquez en uno de esos sueños, se le ve hasta la tira blanca de tela. Y de la “Z” en el pecho, mejor no hablar.
Pero por lo demás, un correcto melodrama familiar que se ve con agrado. Siempre y cuando sean del agrado del espectador películas como “La gran familia” o productos navideños por el estilo. Particularmente, me gustan estas lacrimógenas ñoñadas.
Junto a López Vázquez aparecen un buen número de clásicos del cine español como puedan ser José Bódalo, Gracita Morales, Florinda Chico, además del propio Naschy que interpreta al adinerado señor que adopta a Sergio, que este a su vez, valga la redundancia, lo interpreta Sergio Molina, hijo Jacinto. Entretenidilla. Y lamento un montón haberla visto anoche, y no el día de nochebuena, que en esas fechas, que además son las fechas para las que se concibió esta película, si que la hubiera disfrutado al máximo.
Pero claro, yo es que soy un snob y un excéntrico.