lunes, 24 de diciembre de 2012

PUNTO LIMITE

Telefilme de alto copete para la televisión por cable en el que a parte de darle de comer al gran Andrew DiceClay, que para esta ocasión se quita el “Dice” ( significa “dado”) del nombre, supongo que para darle más seriedad al asunto, intenta lanzarle en registros más serios de los que nos tiene acostumbrados, y sin salirnos del cine de acción, se le brinda la oportunidad de interpretar a un despiadado y sádico terrorista que secuestra a las participantes de “Miss Galaxy” (una suerte de Miss Mundo ficticio) y toma el hotel donde se celebra, poniendo como condiciones que le traigan 5 millones de dólares en diamantes. Durante el periplo se carga a un buen puñado de personas a base de bombas o de disparos con cualquier tipo de armamento. En la parte positiva tenemos a Robert Davi interpretando a un guardaespaldas ¡cojo y con garrota! que en un despiste se separa se su cliente, una de las participantes del certamen, y tiene que colaborar con la policía desde el exterior del hotel. Con lo que no cuenta nuestro terrorista, es que la presentadora del certamen, a la que también tiene secuestrada, es una importante artista marcial, una especie de Cinthya Rothrock que hace películas de acción y que en consecuencia reparte leches como panes, así que ella solita, prácticamente, se hará con el control de la situación.
La peli es lo que es, un producto televisivo para hacer pasar al espectador medio un ratillo entretenido con sus tiros, sus explosiones y su falta de pretensiones, que desde luego consigue sus propósitos.
Ahora, que la heroína sea una de las secuestradas… para matarlos. Máxime cuando ni siquiera se trata de una actriz  de acción, si no de una ya talludita playmate llamada Shannon Tweed, que muestra el palmito que le queda y que como no sabe pelear, en las escenas de lucha, que las hay y bastantes, la señora queda bastante en ridículo, puesto que no sabe pegar, y la lentitud de sus movimientos le delatan.  Andrew Dice Clay, que también pega un par de patadas, tampoco está muy ducho en las escenas de pelea, la verdad.
También tenemos por ahí, como esbirro del jefe de los terroristas a Rody Pipper “El Gaitero”, que resulta curioso, también, el comprobar que un “Westler” como el, funciona en las pantomimas dentro de un cuadrilatero, pero que delante de una cámara, es también bastante torpe.
Pero quitando esas horrorosas coreografías diseñadas, obviamente, por alguien poco acostumbrado a hacerlas, la película se soporta de maravilla, a pesar de que Andrew Dice Clay, no suelte sus estúpidos chascarrillos cada dos por tres.
En las labores de dirección tenemos, mira tu que curioso, a Paul Lynch, cuyos trabajos más destacables serían el clásico del “Slasher” “Prom Night” y “Humongous”, para luego basar casi la totalidad de su carrera en trabajar para la televisión rodando episodios sueltos de series tan variopintas como “Luz de luna, “Robocop”, “Mike Hammer” o “Más allá de los limites de la realidad”.
Un par de años más tarde, se rodó la secuela del telefilme “No contest II”, también por parte del señor Lynch, que ya no llegó a nuestros video-clubs, y que solo cuenta con el protagonismo de Shannon Tweed, por lo que el interés que genera la película es… ninguno.
¡Ah! Y no confundir con “Punto limite cero”.