miércoles, 8 de enero de 2014

ROBOT WARRIOR: TOKYO SPIDERMAN

A finales de los setenta,“Marvel” llegó a un acuerdo con la japonesa “Toei Company”, especializada, sobretodo, en la animación, en el que estos últimos podrían utilizar los personajes “Marvel” a antojo. Así, decidieron hacer una película de animación con “La tumba de Drácula” basada en los personajes de "Marvel", y una serie de “Living action” o “Tokusatsu” (o lo que es lo mismo, pequeños tipos disfrazados que se las verían con monstruos que se hacen gigantes y pilotarían robots igualmente enormes, y todo ello en imagen real) con el más famoso de los personajes “Marvel”, como no podía ser de otra manera, “Spider-man”. Pero se ve que del universo arácnido, ni les interesaba Peter Parker, ni J.Jonah Jameson, ni el duende verde, ni cristo que lo fundó, porque se limitaron a quedarse con el aspecto y poderes del personaje para sacarse de la manga una serie en la que el protagonista es “Spider-man”, pero que podía ser perfectamente perico el de los palotes.
La serie es un claro precedente de “Power Rangers” en el sentido de que cada episodio se estructura de idéntica forma: Planteamiento del capítulo, pelea del bueno con un montón de esbirros casi militares del malo, y pelea final con monstruo gigante que muere cada capitulo de la misma manera y a distancia, y así se aprovechan siempre los mismos planos filmados, en un principio, del robot bueno.
El caso es que recientemente se ha editado en nuestro país en DVD un largometraje, este “Robot Warrior: Tokio Spiderman” que en realidad no es más que un montaje de algunos episodios de la serie hasta llegar a los ochenta minutos raspados (pero raspados, raspados) y que no deja de ser una mierdecilla, pero que, como digo siempre, para la curiosidad es, poco más que teta de novicia. Y es que el nivel de bizarrismo que viene con el “Spider-man” Japonés, no es para menos.
Para empezar el amigo Parker es sustituido aquí por un tal Takuya Yamashiro, y lejos de ser fotógrafo de cualquier periódico, o brillante estudiante de ciencia, es un macarra medio cholo que conduce una moto a toda hostia por el descampado.
Un buen día, unos soldados con pico de pato cubriendo sus caras y uniforme, dan matarile al padre  de este, y cuando este intenta escapar de ellos, cae en una gruta donde un extraterrestre del planeta araña le explica, que quienes han matado a su padre, son los mismos que han destruido su planeta: El profesor Monstruo y su ejercito de la cruz de hierro y que alguien tiene que vengarse de ellos por todo el mal que han ocasionado, así que, dicho esto, le inyecta al motociclero el “Suero Araña”, le da un brazalete –una especie de Nintendo DS con pulsera de peluco-  le da sus poderes- y el traje- arácnidos, un coche fardón con alerón y con cuernos, una nave espacial llamada “Marveller” y un robot gigante que él mismo pilotará en caso de problemas y que responden al nombre de “Leopardom”. Y tras esto, se pone inmediatamente a luchar contra esos malvados, en concreto, motivado por un solo sentimiento: ¡La Venganza!... y así da comienzo un nuevo episodio de los “Power Rangers” (y quien dice “Power Rangers” dice, “Inframan”, “Specterman”, o “Mazinger Z, el robot de lasestrellas”).
Tal y como lo leen. Para llevarse las manos a la cabeza. Porque el destrozo al que someten los japoneses a un personaje icónico y, ya en los setenta, conocido en todo el mundo, es de juzgado de guardia. Aunque ver a “Spider –Man” haciendo las veces de Koji Kabuto, pilotando su robot gigante,  no deja de tener cierto gracejo.
Por otro lado, tan solo comentar, que como el actor que interpreta a “Spider-Man”, debe ser conocedor de algún arte marcial, se desenvuelve por las telas de araña, por las paredes y demás, escala y salta, mucho mejor que su coetáneo yankie televisivo, Nicholas Hammond y, sin duda, las escenas de acción están infinitamente mejor resueltas que en la serie americana. Pero por lo demás, no deja de ser un “Spider-man” Japo infantiloide, que más allá del chiste, ofrece muy poquito.
Lo que yo me pregunto es: ¿Qué pensarían los gerifaltes de “Marvel” al comprobar lo que los Japoneses habían hecho con su personaje estrella?, fuera como fuere, decir, como curiosidad, que el “Spider-man” con el que Stan Lee posa en esta famosa foto, es el Japonés.
Al ser el largometraje un montaje de varios episodios, desconozco el nombre del director/es… aunque eso, da un poco igual, supongo.