viernes, 25 de abril de 2014

THE REJUVENATOR

Extraña e ignota cinta de serie B de origen americano, destinada a su explotación únicamente en los mercados Brasileño, Francés e Inglés – quiero pensar que para el ámbito de vídeo- que concebida con el título de “The Rejuvenatrix”, fue rebautizada con el título con el que se la conoce, “The Rejuvenator,” para comerse los residuos que dejó por ahí el éxito de “Re-Animator”-como no-.
Se trata de un remake del clásico de la factoría Corman “La mujer avispa”, que actualiza  la trama para esta sea más coherente con los tiempos que corren (es decir, los ochenta), con mucha escena de laboratorio y la inclusión de un suero, para parecerse a “Re-Animator” lo máximo posible.
Cuenta la historia de una vieja actriz que debido a su edad, ya no recibe papeles en el cine, por lo que lleva años invirtiendo su dinero a un laboratorio que, extrayendo líquido del cerebro a los ratones, ha creado un suero que devuelve la juventud a quien se lo inyecta. Sin que este esté perfeccionado, la actriz se lo inyecta, y este hace efecto; vuelve a ser bella y joven. Claro que con lo que ella no contaba, es que este suero tenía efectos secundarios, lo que la transformará en un monstruo que asesinará a quien se ponga en su camino hacia la eterna juventud.
Al igual que “Despedazator” u otras películas de su época, “The Rejuvenator” basa su efectismo gore, más que en el derramamiento de sangre, en el derramamiento de fluidos varios (babas, líquido del cerebro, saliva…y blandiblub trasparente), lo que esta muy bien, pero al final siempre se echa en falta el líquido rojo, que es por el que, al fin de al cabo, nos molestamos en ver estas películas. No obstante, queda compensado por los maquillajes que se emplean para el monstruo, exagerados a más no poder a la par que graciosos, con ese látex sobrante en cara y manos, cutrongo y tambaleante, que hace al espectador, en un momento dado, mondarse de la risa. Cuando ya no hay monstruo en escena, que por otro lado hay que decir que su presencia es mínima, el resto de la película son eternas conversaciones intrascendentes sobre la eterna juventud, las ratas de laboratorio alteradas genéticamente, y el suero que están patentando.
En definitiva, una entrañable película de aquellos años, que mola por lo que mola, pero que es un absoluto coñazo muy susceptible de “Fast Fordward” para poder ver solo las escenas en el que la vieja/monstruo hace acto de presencia.
Rara a más no poder, obviamente, en España nunca pudimos verla. Ni tan siquiera en vídeo (bendito sea Internet).
En el papel de actriz/vieja/monstruo, tenemos a Vivian Lanko, una “Scream Queen” de quinta categoría que solo rodó tres películas en su carrera, una de ellas, para más cachondeo, se titula “The Refrigerator”, y trata de ¡Una nevera asesina!.
Y el dire de la cosa esta es  Brian Thomas Jones, director, también, de quinta categoría, que pronto acabó en el medio televisivo o haciendo “directs to video” para lucimiento del efímero Shasha Mitchel (“Kickboxer II”, “III” y “IV”).
Curiosa por rara… pero vamos, que si no la ven nunca, no se pierden nada.