viernes, 31 de octubre de 2014

THE CHAIR

Conocida en nuestro país gracias a algún pase televisivo como “La cárcel alucinante” – y diciendo la voz en off en el título durante los créditos “La silla eléctrica”- y editada en nuestro país en vídeo y DVD,  “The Chair” es una película fallida del año 1985 del director  Polaco Waldermar Korzeniowsky, empeñado en dirigir un guión que su esposa tenía escrito y que descansaba en un sucio cajón, y cuyo resultado final se quedó almacenado en las latas hasta que en 1989, con la moda del subgénero de pelis de “silla eléctrica”  dentro del fantástico y el terror,  a la productora se le ocurrió estrenarla en el mercado del vídeo, para aprovechar el tirón de películas de temática similar como puedan ser “House III”, “Presidio”, “Horror en alcatraz” y, sobretodo, “Shocker,10.000 voltios de terror”, de la que podría parecer que mama, pero no.
La película se rodó antes de esta moda, pero como era tan mala, se decidió que era mejor no estrenarla.
La gracia del asunto es que su protagonista, James Coco, obviamente en horas muy bajas, falleció al año de finalizar el rodaje y tres años antes de que esta se estrenara, con lo que se le ve el plumero a la productora muy claramente. No obstante, el reparto de este bodrio está lleno de caras conocidas.
Si hago un esfuerzo para saber de que va, creo que la cosa anda entre un centro penitenciario que abre sus puertas tras permanecer muchos años cerrado y quieren convertirlo en centro psiquiátrico para criminales. Sin embargo, el centro penitenciario tiene dentro los espíritus de los carceleros y los condenados a la silla eléctrica del pasado, que junto a una extraña bombilla con un ojo en su interior, aparecerán, de vez en cuando, para hacerle la vida imposible a los actuales habitantes.
La película es un pastiche monumental que deambula entre la comedia, las películas de cárceles y el drama, que coqueteando con el cine de terror, en realidad no tiene nada de esto. Si, vemos al espíritu del ejecutado en la silla años atrás tal y como nos lo muestra el póster, pero todo lo escabroso se reduce a lucecitas azules que desprende la silla, y poco más. Por no tener, no tiene ni sangre; ni buenos gags cuando pretende ser graciosa, ni unos elementos sólidos cuando trata de ser cualquiera de los otros géneros. Sin embargo, lo que si tiene es un buen montón de actores conocidos, que luego nombraremos.
El caso es que la película es un rollo patatero que no hay por dónde cogerlo, con mucho bla, bla, bla, muchas ganas de ser graciosa cuando no toca y aburrimiento por doquier. No tiene mucho humor involuntario, pero el revoltijo general, el que no te enteras de nada de lo que pasa y que es una puta mierda, la convierten en una peliculilla, al menos, simpática. Pero vamos, que si no la ven nunca, no pasa absolutamente nada.
Curiosamente, además de un hecho polvo James Coco en su reparto (“Un cadáver a los postres”, “Mr Charlestón y sus secuaces”) tenemos a una jovencísima Trini Alvarado (“Agárrame esos fantasmas”, “Paulie, el loro bocazas”), Paul Benedict ( “Cocktail”, “Un genio con dos cerebros”), Stephen Geoffreys (“Jóvenes ocultos”, “976, El teléfono del infierno”),  Brad Greenquist ( “El llanero solitario”, “El cementerio viviente”) Paul Calderón (“Teniente Corrupto”, “21 gramos”), Mike Starr (“Ed Wood”, “Uno de los nuestros”) o Jaime Tirelli (“The brother from another Planet”, “Carlito´s Way: Ascenso al poder”). Todo ello en una película que costó tres pesetas, y todos ellos con cara de no saber ni que coño hacen en esa película. Porque cierto es que para muchos “The Chair” era una de sus primeras películas, pero la mayoría, ya eran actores resabiados con un montón de películas a sus espaldas. Y este reparto, es lo único que convierte a esta película en una curiosidad. Por lo demás… comida para tortugas subnormales de florida.
En cuanto su director Polaco, por supuesto, jamás volvió a dirigir nada más.