jueves, 5 de febrero de 2015

LA MUJER DE HIERRO

La historia que nos narra "La mujer de hierro" ("Nowhere to hide" en versión original, es decir, "Ningún lugar donde esconderse") gira en torno a una happy family. Él es militar. Ella también, aunque anda retirada y se dedica ahora a hacer escultura. Ambos tienen un retoño al que le encanta jugar con los "Transformers" y viven entre risas y afecto infinito.
Un mal día, él comienza a investigar los misteriosos accidentes de un par de helicópteros del ejército y descubre que el problema es un defecto de fabricación. Alguien se está embolsando dineros y entrega piezas de baja calidad que provocan muertes. El muyayo se pira a casa preocupado y decidido a denunciarlo. Esa noche unos tipos encapuchados irrumpen en el dulce hogar y se lo cargan a balazos, dejando al hijo con un trauma y a la esposa viva, a pesar de que también intentan acabar con ella sin conseguirlo. Comienza aquí un culebrón en el que la viuda será perseguida sin descanso por los matones que, a falta de poder cepillársela debidamente, arrasarán con todos aquellos periodistas, militares o individuos que demuestren interés en el caso. La cosa alcanza su cénit cuando a los malos se les ocurre secuestrar al niño, lo que desencadenará la imparable ira de la hastiada mamá, efectuando lógica y necesaria venganza.
"La mujer de hierro" es una cinta de acción al uso, mitad yanki mitad canadiense, dirigida el año 1987 por alguien del que ya hemos hablado antes, el mediocre pero activo Mario Azzopardi, responsable de esa cosucha de terror ofensiva -por los motivos equivocados- titulada "Plazo Límite". En general luce un acabado más que solvente, buenas interpretaciones, el ritmo suficiente para no dormirse, unas dosis de dramón tampoco demasiado molesta y escenas de acción llevaderas, como persecuciones y tiroteos infinitos. Del pack destaca la presencia de Michael Ironside haciendo de, ¡oh, surprise!, buen tipo. En concreto da vida a un ex-militar que vive aislado del mundo en una cabaña y ayuda a la desesperada mujer. Entre lo peor, hay una secuencia que incluye la explosión de un coche y está tan mal montada o expuesta que no te pispas de quién muere, cómo y por qué, aunque lo supones y luego te lo confirman en un diálogo. No sé, podría ser fallo de la copia, porque en un momento dado la que estaba viendo en formato VHS (cortesía de "Weekend Video"... y de Javi de "Sin Audiencia", que la localizó junto a un container, nada menos. ¡Gracias chavá!) dio un misterioso salto de imagen, como si faltara algo... pero también podría ser la incapacidad del director. Véanla y juzguen vuesas mercedes.

Protagoniza la movida la actriz Amy Madigan (la has visto en "Calles de fuego", "Campo de sueños", "La mitad oscura" o "No es país para viejas") y la secundan -Ironside aparte- gente como John Colicos (anduvo por las "Star Trek" y "Galáctica, estrella de combate" originales, y también en "Al final de la escalera"), Robin MacEachern (quien interpreta al niño y que al año siguiente se dejaría ver en esa cosa rara titulada "Pin"), Chuck Shamata (el ligón acosado por macarras de "Fin de semana sangriento") y Maury Chaykin (en su extensa trayectoria repleta de títulos bien reconocibles destacan -en mi agenda- "Turk 182, El rebelde", "The Vindicator" o "Albóndigas 3: Los chicos están calientes").
Tras las cámaras, y posando en la foto junto a Mario, tenemos a Julie Corman (esposa de Roger) produciendo, Brad Fiedel (habitual de James Cameron) musicando y Alex Rebar co-escribiendo (suyo es el guión de la aburrida "Viscosidad" y de "Amityville IV: La fuga del diablo". El otro guionista, George Goldsmith, no se queda manco tampoco, dejó su firma en el "Los chicos del maíz" original y en la insufrible "Alerta roja en el gran hospital"... dirigida casualmente por William Fruet, responsable también de la antes mentada "Fin de semana sangriento", ¿se pasarían el rodaje Goldsmith y Shamata rajando de don Fruet?).
En fin, la verdad es que me la esperaba mucho peor... pero está visible y hasta medianamente entretenida, oiga.