viernes, 26 de agosto de 2016

PIG

De la década pasada  data este “Pig” que se adscribe a esa corriente del cine independiente deudora del “Torture Porn” y que tiene, como única pretensión, el provocar al espectador, pero dotado todo de un halo realista -en parte gracias a la pátina de realidad que ofrecen  el vídeo- con el fin de conseguir mal rollo en el espectador, a base de mostrar todo lo que no se debe hacer a una persona, preferiblemente del sexo femenino.
Quizás es que uno ya está curtido y se insensibiliza ante todo lo que ve en una pantalla sabiendo que es ficción, pero si es cierto que otras películas en la misma línea, como la recientemente editada por “Vial of Delicatessens”, “The Bunny Game”, quizás  mejor rodada, técnicamente menos cutre, lo único que consiguen es mi es una sensación de pasividad pasmosa. No me provocan nada. Así bien, si digo que “The Bunny Game” me pareció hasta entretenida, si que he de decir que en realidad este subgénero es una absoluta mierda, no es cine, más bien defeca en el cine, es como el “Ultra Gore” Alemán, pero con menos talento aún, ya que si el subgénero germano procura al menos cierto estatus a la hora de mostrarnos el gore, esta corriente americana se lo ahorra, con lo que al final, lo que estamos viendo son vídeos semicaseros con muy mala baba.
Pero el público ya no pica, me parece a mí.
El caso de este “Pig” fue sonado.
La película muestra, básicamente, como un redneck tortura, golpea, folla, mata a una serie de personas que tiene secuestradas por ahí, por los alrededores de su autocaravana. La marcada de paquete está en que la película cuenta con un plano secuencia de 70 minutos. El fallo es que el espectador nota en todo momento los trucos que usa para meter el corte, y la realidad es que es una película malísima y Adam Mason, su director, tan inútil, que consigue que una cosa que en un principio ha de provocarnos arcadas por lo que vemos, nos cause una partida de culo monumental. Toda ella, todos los métodos que usa el Psycho Killer que la protagoniza, son verdaderamente ridículos. El momento de mayor hilaridad llega cuando después de ver como aniquila a una muchacha, como se bebe su sangre, como le saca las visceras y se las obliga a comer a otra muchacha que tiene por ahí, sube hasta una especia de jaula que tiene un poco más arriba del lugar dónde opera, y vemos a una chica, que hace como de retrasada mental que es tan mala actriz, que no podemos más que descojonarnos. Máxime, cuando haciendo ver que está embarazada lleva puesto un enorme cojín, que se mueve constantemente, ya que la retrasada va de arriba abajo jugueteando con la sangre y víctimas que su compañero redneck va dejando a su paso.
Para colmo de males, al final de la película, en un alarde de querer ser original, el director nos prepara un final sorpresa increíblemente estúpido. En definitiva, que esta pedazo de mierda está más cercana a aquella basura titulada “La Matanza Caníbal de los Garrulos Lisergicos” que a cualquier cosa malrollera existente. Verdaderamente es espantosa.
En su momento, con una campaña de marketing idiota que consistía en que incluso el propio director despreciara su película soltando a la prensa perlas tales como No qusiera que mi familia y amigos la vieran y, honestamente, me importaría una puta mierda si no la viera nadie” o “Es una película asquerosa, construida a base de máximo desprecio”, causaron el efecto contrario y consiguió que nadie quisiera distribuir esta puta mierda. Entonces, como honestamente, al director le importaba una mierda que no la viera nadie (puto falso e hipócrita de mierda…), ante la imposibilidad de poder darle una vida comercial a la película, decidió colgarla en internet de forma gratuita para que todo el mundo se la pudiera bajar. Menudo subnormal el Adam Mason este.
El director, responsable también de otra mierdecilla titulada “Broken”, sigue erre que erre a lo suyo, mientras escribe guiones para películas de Al Pacino como la reciente “Misconduct” aún inédita.