lunes, 15 de agosto de 2016

PUERTORICAN HALLOWEEN

Es curioso como perteneciendo a los Estados Unidos, Puerto Rico tiene una cinematografía que al igual que sus prima-hermanas, Dominicana o Peruana, emerge a lo bestia con la implantación del vídeo. Digamos que la producción de estos países, antes de la era del vídeo era verdaderamente minoritaria, pero no se entiende, lo del cine de Puerto Rico, siendo un país tan influenciado por la cultura yankie. Como fuere, ahora ruedan como churros, y al igual que pasa en Republica Dominicana, el género predilecto de la colonia estadounidense, es la comedia. De hecho, ambos estilos de comedia son, prácticamente, clones. No hay diferencia entre una comedia Dominicana o una comedia Portorriqueña. Mismos chascarrillos, mismo humor basado en la palabra y en la velocidad con que se esputa esta, y la ingenuidad y la corrección política a borbotones a lo largo de sus frames.
“Puertorican Halloween” es el capricho megalómano de un niño prodigio, el reggetonero  Xavi “The Destroyer”, quien sacó su primer disco a los 9 años, siendo la sensación del estilo musical en el país. Y ahora  a sus 17 años,  con algo de capital en su bolsillo porque es mega famoso, y tras su experiencia como actor en alguna que otra película,  no se le ocurre otra cosa que producir una, ahí con dos cojones y un palito. Pero, con fama de inteligente en Puerto Rico, no se produce una película para su propio lucimiento. Aparece en la misma pero en un rol secundario, pero lo que produce es una comedia con toques fantásticos para lucimiento de uno de los cómicos más populares de Puerto Rico, Miguel “Cheche” Mercado, una especie de Kenan Thompson a la Portorriqueña, sobre el que recaerá el peso de la película. No es tonto el niño, produce una película que le proporcionará dinero en lugar de una película para alimentar su ego.
Entonces “Puertorican Halloween” cuenta la historia de cuatro hermanos, tres de ellos obesos, que como son unos perdedores no saben que hacer la noche de Halloween. Uno de ellos, entra en el autoservicio a comprar lotería, y comprueba que su boleto ha sido ganador. Lo grita a los cuatro vientos, así que una jamona que está allí, al escucharlo, sale fuera del lugar para abordar al nuevo millonario en cuanto salga del establecimiento y así, seducirlo. Lo que ella no sabe es que lo que le ha tocado al muchacho son 5 pesos. Vamos, lo que jugaba, para que me entiendan. Consigue enamorar a nuestro protagonista, y con el afán de sacarle las perras, la zorrilla le invita a una fiesta de Halloween  en una discoteca con sus amigas, por lo que nuestro prota llevará a sus hermanos y a otros dos losers.  Durante el trasiego desde la invitación  hasta la fiesta en la discoteca, a nuestros hombres les pasará de todo relacionado con ovnis, fantasmas y Chupacabras en una noche de Halloween por las isla de Puerto Rico.
No se puede tachar a ninguna película de estas cinematografías exóticas de malas, máxime cuando ruedan de manera tan precaria; esto es, cámara de vídeo y escenarios naturales. Y nada más. La película resulta ser un ir y venir de los personajes, gritando y hablando mucho y no pasando realmente nada interesante en la película durante la hora y media que dura… pero el público latino se lo pasa teta con estas cosas. Y yo también, vaya.
El caso es, que por mucho dinero que se haya metido a la producción –que no será tanto al fin y al cabo- por muchos espectadores que hayan ido a verla a los cines, el resultado es de absoluta película amateur, con sus desenfoques, su sonido pésimo en el que con cada corte cambia el ruido de fondo (la calle en Puerto Rico es muy ruidosa), oyéndose en un plano grillos, y al siguiente corte motores de coches, para luego volver a los grillos. Un montaje básico en el que no hay raccord porque casi todo se resuelve en planos fijos, y en definitiva, una película que en un momento dado, ustedes o yo, podíamos hacer en una tarde tonta. Lo bueno es que ellos las hacen para estrenarlas en cines.