martes, 26 de abril de 2011

OJOS DE FUEGO

Ayer noche era la primera vez en mi perra vida que veía esta peli. Ya ven ustedes, producto "fantástico" de los 80, basado en un libro de Stephen King, con Mark Lester -el tipo de "Curso 1984" y la extraordinaria "Commando"- dirigiendo (y que sustituía al inicialmente previsto John Carpenter, retirado del proyecto tras su fracaso con "La Cosa") y un actor en el reparto tan de mi gusto como George C. Scott... y sin embargo, jamás sentí interés por ella. ¿Motivo?, pues porque pensaba que un film con una Drew Barrymore pre-drogas (o no, que esta a los 8 años ya era una borracha asquerosa) y que prende fuego con la mirada no podía ser nada especialmente interesante... ni terrorífico... ni sangriento... y por aquellos entonces, ese era el baremo con el que solía medir mi interés por una peli. ¿Iba desencaminado?, a medias. En realidad "Ojos de fuego" no es de terror, digamos que es un thriller un poco rarito, ¿sobrenatural?, y sí, es cierto que a nivel de violencia la cosa está escasa, pero tampoco es tan desdeñable -en general- como creía.
Una pareja que participa en un experimento da como resultado una cría con poderes mentales, capaz de prender fuego a voluntad. Evidentemente, y como suele pasar en estos casos, el gobierno anda tras ellos, pues quieren estudiarlos y ver si pueden convertirlos en armas militares. Al final, y tras muchas trifulcas, la niña se vuelve contra los tíos trajeados y se arma una de bien gorda.
"Ojos de fuego" es un caso extraño. Digamos que podemos dividirla en dos partes muy específicas y distintas. La primera gira en torno a la huida de la cría y su padre (no hay actor más feo, anti-carismático y erróneo para cualquier reparto que David Keith). Que si al aeropuerto, que si al motel, que si a casa de los abuelos, etc... aquí la cosa flojea por momentos, está todo torpemente explicado y hay algunos diálogos de risa (aunque creo que eso es más culpa del doblaje). Sin embargo, cuando ya crees que la peli va a ser un suplicio, entramos de lleno en la segunda parte, en la que el gobierno logra encerrar a la pareja, David Keith pierde protagonismo y en su lugar lo gana al gran gran George C. Scott en un papel fabuloso de matón medio loco. Aquí el film gana muchos enteros, se vuelve más interesante y, por ende, más entretenido. Y todo ello concluye en una parte final bastante espectacular y conseguida, que es cuando la niña despliega su poder por entero. ¡Que gusto volver a ver fuego de verdad en una peli, y no CGI!.
Un detalle tontuno: Hay un momento en que un científico expone una teoría bastante interesante, y que daría pie a una peli, o dos, muy guapas, ¿y si esa niña, ya adolescente, incrementa su poder hasta el extremo de poder crear explosiones nucleares con solo desearlo? o, mejor aún, ¿y si un día decide que quiere partir el planeta tierra en dos?... ¿se imaginan las posibilidades argumentales que tiene eso?, ¡¡yummmmmmm!!.
Si "Ojos de fuego" hubiera mantenido el tono de su primera mitad hasta el final, les diría que es muy mediocre. Pero gracias a la segunda, el visionado resultó ser bastante disfrutable y, por ende, recomendable. En su momento, muchos echaron pestes de ella, incluido el propio Stephen King. Cuando este debutó con su desastrosa "Maximum Overdrive", Mark Lester pudo tomarse la revancha: "¿Cómo puede criticar mi película después de haber hecho él eso?", jajaja, ¡di que sí, chaval!.