martes, 24 de mayo de 2011

OGROFF (MAD MUTILATOR)

Norbert Moutier/N.G.Mount es un reputado faneditor francés al que, hace unos años, le dio por dirigir películas. Comenzó muy "caseramente" y terminó haciendo cine "de verdad", aunque dentro de los parámetros de la serie ultra Z (aquí pueden saber más del individuo).
El caso es que, a pesar de haber parido títulos (rodados en vídeo) como "Trepanator", "Dinosaur from the deep" o "Alien Platoon", probablemente el film más popular del señor sea el primero, "Ogroff", también conocido como "Mad Mutilator", un largo larguísimo parido en Super 8 de toda la vida el año 1983 y que gira en torno a los desmanes asesínicos del muchacho del título, un psicópata enmascarado que se patea las montañas matando con su hacha a todo aquel que se preste (empezando nada menos que por un niño, hasta terminando con una sierra mecánica a la que -significativamente- destroza). Un día caza a una moza, y en lugar de cargársela, comienzan una relación. Y claro, ya saben cómo son las mujeres, que si ordena esto, que si deja de asesinar, que si qué hay aquí dentro... de modo que la pava libera a un montón de zombies que Ogroff tenía guardados y, en fin, que la cosa se desmadrada aún más si cabe.
Contado así parece que mola. Y en cierto modo, mola. Pero para dejarse maravillar por los aciertos de "Ogroff" hay que tener muuucha paciencia, ya que se desarrolla a ritmo de tortuga coja. Bueno, es que ritmo no hay... y argumento en realidad tampoco. Resumiendo: es una chapa, lo que pasa es que es una lo suficientemente curiosa y extraña (e incluso involuntariamente "arty") como para no prescindir de ella (vamos, que no es como la ultra-basura aquella de "Violent Shit", a pesar de los parecidos """"""narrativos""""). Todo lo "malo" juega en su favor: su estética sucia y tosca, sus efectos especiales caseros (mucho gore, sí, pero de octavo de EGB), sus contraluces, sus planos borrosos, el celo que engancha el Super 8, los momentos demasiado oscuros, el montaje en cámara, la ilógica absurda de todo ello, el título (una letras recortadas situadas en el escenario), la rayante pero efectiva música electrónica, la casi total ausencia de diálogos y las ideas más descabelladas y sinsentido que en el universo de "Ogroff" hasta quedan bien.
A Moutier le acompañan sus colegas del mundillo del fantaterror francés (entre ellos Jean Pierre Putters, editor de "Mad Movies", o Benoit Lestang, reputado técnico de efectos especiales ya fallecido) y todo un astro del eurotrash como fue Howard Vernon, marcándose un significativo cameo.
¿Calificación?, hostias pues no se... es una peli muy honesta, así que no puedo decir que sea mala. Pero en realidad, tampoco creo que sea buena. Pues dejémoslo en aquello de: DIFERENTE.