martes, 17 de junio de 2014

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (41): EL RAMBO GUAPITO DE CARA

Del estafismo caratulil hemos hablado largamente en la correspondiente sección de este mismo blog. Pero claro, hay casos y casos. Algunos cantan u ofenden más que otros, como el de "Soviet, la respuesta".
Se suele recurrir mucho al famoso "Tiburón 3" de Castellari, o a cualquiera de las típicas mangadas italianas, dejando a la peli que nos ocupa un poco en injusto segundo término. Pero si lo miran con detenimiento, verán que la cosa está a la altura de los tejemanejes más llamativos del colega José Frade y sus distribuciones cinemato/videográficas.


Observen atentamente la caratula que tienen aquí encima (cortesía del siempre amable y ocioso Enorm), ¿qué ven?, pues exactamente aquello que anuncian en un vistoso recuadro amarillo, un "Rambo ruso". Eran los tiempos en los que el cine americano andaba obsesionado con retratar a los rusos como los mega-malos de la función. Lo vimos en –la aburridísima- "Amanecer Rojo", en -la pesadísima- "Invasión USA" y, cómo no, en dos de los ejemplos más sonoros de la época, "Rocky 4" y especialmente el mega-hit "Rambo, Acorralado 2ª parte". Chorradillas de la llamada guerra fría.
Pero claro, de los dos bandos eran los yankees los que dominaban ampliamente el terreno del entretenimiento cinematográfico que, como ya habían hecho muchas otras veces con anterioridad, usaban cual arma propagandística. Aunque los russkies poco podían hacer al respecto, imagino que, ya hasta las cejas del panorama, lanzaron la casa por la ventana y se atrevieron con su propia versión de los hechos, su -nunca mejor expresado- respuesta. Sin embargo, "Soviet, la idem" deja mucho que desear como improbable "Rambo ruso". Esta es, simple y llanamente, una película bélica al uso.
La trama, curiosamente, es algo más "compleja" que lo que uno podría esperar ante semejante jardín: Los poderes fácticos en la sombra (americanos... entre ellos la C.I.A.) que se enriquecen con las guerras (vendiendo armas y tal) no tienen ningún interés en que Rusia y los USA se lleven bien. Por ello, deciden tirar adelante un maléfico plan, lanzar un misil contra un transatlántico repleto de (americanos) inocentes y culpar a los rusos. Contratan a un especie de militar renegado (americano) pa que haga el trabajo sucio, pero se medio vuelve tarumba y decide lanzar los misiles, directamente, contra un buque militar soviético. Estos, casi accidentalmente, se enteran de ello y deciden actuar, acudiendo hasta la base militar secreta donde se ocultan los malvados capitalistas y pararles los pies y los misiles.
A pesar de que las expectativas no se habían cumplido, el boom de "Rambo" andaba extremadamente calentito (tanto la de Stallone como la comentada son del mismo año 85) y los distribuidores españoles, fieles a su espíritu picaresco, no podían dejar pasar la oportunidad de ganarse unas perras haciendo lo que mejor se les daba, mentir al consumidor. Para ello, se curraron una caratula tan llamativa como la expuesta incorporando todo aquello que NO estaba en la película, es decir, literalmente un "Rambo ruso". Armado hasta la sobaquera, luciendo ropa color caqui, pisando una bandera americana en llamas, tan musculoso y altivo como Stallone pero, encima, mucho más atractivo de cara. El amigo Enorm fue quien descubrió el parecido con el fallecido actor Jon-Erik Hexum, famosillo en su momento por protagonizar la serie "Cover Up", "Camuflaje" en España, vendida también a su manera como la respuesta televisiva de "Rambo" -a pesar de estar fechada un año antes de la peli de Sly-. Investigando al respecto localicé la imagen promocional del show en cuestión que tienen a continuación y que resulta de lo más clarificadora...



En realidad el supuesto "Rambo" de la película no solo no actúa como tal, es que además es un tio más bien mayor, delgado y con bigote que se comporta como buen militar, cumpliendo órdenes sin rechistar (que rima y tó). No disfruta masacrando cientos de extras, ni lanzando granadas contra todo lo que se mueve, ni gritando, ni sudando los bíceps. Es más, es que encima ¡muere!, al final del todo y tras lograr terminar con éxito su misión... eso sí, de un disparo por la espalda propiciado por un cobarde gringo. Probablemente los rusos valoren más una muerte heroica, un sacrificio por la causa, que simplemente vencer y alejarse hacia el horizonte. Quien sabe (y de paso, los malos aún son peores de lo que ya eran porque ¡acaban matando al héroe!).
Ahí va una imagen del maromo...



Y claro, es que no hay color...


De todos modos, y a pesar de los pesares, la imagen que los cineastas dan de los americanos no es TAN simplista, tebeística, grotesca y caricaturesca como la que estos solían dar de los rusos en sus películas. De hecho, en "Soviet, la respuesta" incluso hay un yankee enfadado con los suyos -con razón- que se alía con "el enemigo". Eso tampoco significa que los lluesei no aparezcan como personas violentas (son los primeros que matan en la peli, los rusos nunca aprietan el gatillo si los otros no lo hacen primero), manipuladores, traidores, sucios capitalistas (enriquecerse es, esencialmente, el motor de todo) y crueles (no olvidemos en qué consistía su terrible plan). Los rusos, que tampoco son tontos, se retratan a si mismos como buenas personas, gente sencilla que habla con afecto de sus seres queridos, que ayudan al prójimo (aunque sea yankee) y chorrean honorabilismo por todos los poros de su roja piel.
Superada la decepción, queda lo que queda, una peliculilla de guerra que, más allá de la novedad de ver a los de las barras y estrellas como los malvados de la función, resulta bastante poco llamativa (a nivel medios va justica) y poco espectacular (la violencia anda dentro de lo estándar, únicamente destaco el chorrazo sanguno que esputa un cuello al que se le clava un cuchillo)... pero tampoco es un insulto ni nada que se le parezca. Se puede consumir perfectamente un Domingo por la tarde, después de la siesta y tan bien (aunque hubiese molado mucho ver una auténtica versión comunista de "Rambo", ¿a que si?).
En cuestión del personal implicado poca cosa puedo decir, salvo lo que pone en la misma caratula, que el director, Mikhail Tumanishvili, es el hijo de Andrei Gromyko, prestigioso político ligado a la guerra fría, dato este que ayuda a aclarar un poco más las intenciones tras "Soviet, la respuesta".
Sin embargo, ni yankees ni russkies son tan rastreros como lo fueron en su momento los distribuidores videográficos de segunda en España. Si no, fíjense en cómo era la versión franchute del poster de la película. Sí, también se menciona lo del puñetero "Rambo ruso", pero al menos la ilustración es fiel a lo que se nos muestra en pantalla. ¡Oh la la, c´est magnifique!.