lunes, 10 de octubre de 2016

DON QUIJOTE CABALGA DE NUEVO

La adaptación cinematográfica, absolutamente “Sui Generis”, de las correrías de Don Quijote y Sancho en “Don Quijote Cabalga de nuevo”, tuvo que arrastrar el lastre de ser una adaptación del Quijote a la vez que ser una película de Cantinflas. Es por ello que a plumillas y eruditos no sentó bien esta película. De hecho, la simple presencia de Cantinflas en el elenco sentó como un tiro, porque, no es que Cantinflas hiciera de actor e interpretara a Sancho, es que se trataba de una película para su lucimiento en la que adaptaba ese rol, como en, por ejemplo, “El patrullero 777” adoptaba el rol de aquél policía: Sin dejar de ser Cantinflas. Y eso que, por la naturaleza propia de la película, Cantinflas está fuera de plano mucho más tiempo del que él desearía –a pesar de figurar primero en los títulos de crédito- en pro de ceder escenas en las que lucirse el verdadero actor de la película, Fernando Fernán Gómez que da vida a Don Quijote.
Y aunque la crítica fue dispersa en cuanto a la película, y  aunque funcionó bastante bien en la taquilla española, en el resto del mundo, y en particular en México, la película fue un fracaso sonado. De hecho, cuando se hacen retrospectivas sobre la carrera de Cantinflas, se suele obviar este film.
Sin embargo, es condenadamente entretenida y sale airosa tanto como adaptación del Quijote, como película independiente de Cantinflas, sabiendo el director, Roberto Gavaldón,  separar la paja del grano en todo momento, y combinar ambos conceptos a la perfección sin que nada chirríe. Es más, yo que no soy en absoluto devoto de Cantinflas –más bien me repele- he disfrutado de la película en general, y de su presencia en particular.
Es más, las licencias que se toma el film –que Cervantes aparezca en escena como espectador de lo que acontece, tomando notas para lo que será su próxima novela o que pase por alto los pasajes más populares para centrarse  en las dos tramas principales en las que se centra (el juicio del Quijote y el nombramiento como gobernador de Sancho)- se antojan lo mejor de la película, así como las interpretaciones, todas soberbias, y todo lo referente al diseño de producción, ambientación y fotografía. Una factura técnica impecable. Y, como ya he dicho antes, condenadamente entretenida, vaya, que es buena de cojones, muy a pesar de las mierdas que durante años se han dicho de ella por ahí. También hay un sector de la crítica, no obstante, que la tildó de mejor adaptación del Quijote de cuantas se han hecho. Para compensar.
En defínitiva, que me ha gustado mucho y considero que debería figurar como un clásico a tener en cuenta,  y no como la cinta olvidada que, tristemente, es en lo que se ha convertido.
El reparto es tan extenso, que les invito a consultar las diferentes fichas que sobre la película, co-producción entre España y México, existen en la red, y así me ahorran a mí un enorme listado.