viernes, 9 de diciembre de 2016

GOMA 2

Una de esas películas de José Antonio de la Loma, esta vez en coproducción con México, que al margen de sus más populares –y mejores- películas adscritas al “Cine Quinqui”, resultan ser todas un coñazo de padre y muy señor mío, amén de estar rodadas con el culo, por un lado, montadas con los muñones por otro, por parte del hijo de Don de la Loma, José Antonio de la Loma Jr.
Al igual que en “Escuadrón”, el único atractivo que tiene esta “Goma -2” es el reparto internacional en decadencia que servía a de la Loma para vender su película por esos otros países de Dios. Algo natural y lógico, incluso con “Amor de hombre” que contaba de aquella manera la vida del abuelo de de la Loma.
Pero en “Goma- 2” el internacionalismo, está de más. Primero porque es un zurullo tan chabacano que de poco sirve tener por ahí caras en su momento conocidas, y segundo porque explota las posibilidades cinematográficas de dos conceptos muy de aquí; por un lado ETA, por otro, los camiones de naranjas volcados por los franceses. Una práctica muy de los años ochenta.
Con todo, la película se vendió en el mercado internacional con varios títulos, siendo uno de ellos de lo más cachondo: “The Killing Machine”.
Cuenta la historia de un ex etarra que se retira del comando militar. Así pues, en su nueva vida se vuelve camionero. Por otro lado, está enrollado con una muchachita con la que tiene planes de futuro, pero sus ex compañeros, con el fin de matarle a él por traidor, hacen explotar su camión, con tan mala suerte que, en lugar de estar él en su interior, lo está su novia… por lo que muere reventada, lógicamente.
Un horroroso gerifalte detrás de las mafias que vuelcan los camiones de frutas españolas, en el juicio contra los asesinos,  le da la vuelta al asunto para que absuelvan a los asesinos y no cumplan condena, hecho este que cabreará a nuestro protagonista, que se tomará la justicia por su mano, ayudado por el joven que le ayuda con la carga del camión.
Menuda bizarrada de argumento y de conceptos.
Huelga decir, lo mala que es la dichosa película, los problemas que tiene con su desarrollo mismo y la cantidad de errores de raccord y de continuidad que tiene, lo que acarrea, no pocas dosis de humor involuntario que en cualquier caso, no son las suficientes como para soportar con alegría el visionado, así como tampoco convierte esta película en una cosa curiosa. Sencillamente, “Goma-2” es tan mala que la ves y te quedas como estabas. Ni chicha ni limoná.
Sin embargo, no deja de ser interesante ver la cantidad ce caras conocidas e los umbrales del paro que aparecen en la película; Por un lado, como el malo maloso de la cinta tenemos a un Lee Van Cleef sacado prácticamente de la tumba, que acomete su función con muy poquitas ganas y sin expresividad alguna. Como si la mierda en la que estaba interviniendo para pagarse la morfina le importara tres mierdas. Por otro, como el ex etarra protagonista, Txema Basterreneche, tenemos a George Rivero, actor Méxicano de tercera al que pudimos ver de secundario en películas de primer orden, como “Rio Lobo”, por poner un ejemplo. Completarían el reparto Margaux Hemingwey, sí, la que las espichó antes de tiempo y a la que hemos visto en toda suerte de putas mierdas. Sin ir más lejos, “Lapiz de labios” o “Voracidad”. El compañero de aventuras del etarra, sería Willie Aames, que aspiraba a convertirse en el nuevo ídolo adolescente de los estados unidos cuando apareció en “Paraíso”, aquél descarado plagio de “El Lago Azúl”, pero que se quedó para vestir toda clase de santos. Algunos de ellos tan cojonudos como “Movida en la Universidad” o “Cut and Run” de Deodato. También de vasco –llamado Koldo-  haría el mítico Hugo Stiglitz, y en la parte nacional del cast tenemos al habitual de las pelis de José Antonio de la Loma, Frank Braña, Aldo Sambrell o una guapísima, jóven, pizpireta y espantosa actriz Ana Obregón, que se antoja lo mejor de la película, entre otras cosas porque, probablemente por culpa de los malos formatos del telecinado, hay un momento en el que le podemos ver sus recauchutadas tetas de silicona, eso si, si damos a la pausa, porque en pantalla no están más de un segundo.
Como me gusta la carrera como actriz de la Obregón. Lastima que por culpa del “Nuevo cine español” quedara como una apestada por la industria más intelectual que se impuso ya a finales de los ochenta.
Y eso es todo, la gracia de poder ver este exótico reparto en una película tan chapucera como esta, y poco más. De lo peor de de la Loma.