lunes, 31 de julio de 2017

RIFIFI EN LA CIUDAD

A los neófitos suele gustarles esta película, porque creen estar viendo una película de Jesús Franco con una narración estándar. A mí me gusta esta película, porque ya le veo el plumero a Jesús Franco. Primero de todo, porque ya estamos ante un “exploitation” de la película francesa, adscrita al cine negro, “Rififí”. Un clásico. Esta “Rififí en la cuidad”, a parte del género, lo único que tiene en común con aquella es la presencia del actor Jean Servais, si bien es cierto que no sería la  primera película a rebufo de “Rififí” dentro de la cinematografía Europea, es decir, que ya hubo más “Rififís” Antes del de Franco. En segundo lugar, le veo el plumero porque ya va flojeando; Sus películas más aclamadas, “Gritos en la noche” o “La Reina del Tabarín”, dónde dio el máximo que podía dar en lo que a academicismos se refiere, ya quedan atrás, y por primera vez se vislumbra el estilo de ese Jess Franco torpe, chabacano, vago, del que la década de los ochenta daría buena cuenta con el cine negro que haría entonces. Esta película, aún de bajísimo presupuesto, contaba con buenos profesionales a su servicio, pero ni por esas. “Rififí en la ciudad” sería su película sementera más franquiana, y se salva de la quema por poseer una cuidada iluminación –muchas veces expresionista- y una buena dirección de fotografía. Por lo demás, puro Franco.
Una trama enrevesada, basada en la novela “Vous Souvenez vouz de Paco?” de Charles Exbrayat, que, perdonen que les diga, fui incapaz de seguir. No me enteré de nada, no por falta de atención –visualmente está bien la peli- sino por la incapacidad  del tito Jess de dotar de ritmo y coherencia a las imágenes filmadas.
Con lo cual yo solo veo a un político corrupto haciendo fechorías, a un detective que pretende nosequé, y gente yendo, viniendo y muriendo a golpe de pistola durante las casi dos horas que dura la película, aderezado todo con los personalísimos numeritos de Jazz que el director introduce en la trama sin demasiado orden ni concierto. Con todo, la vi entera sin inmutarme demasiado.
Sin embargo, las sinopsis de Internet, rezan que se trata de una película en la que  un confidente de la policía es asesinado por  los esbirros de un político corrupto, Leprince, que a su vez, es el responsable del tráfico de cocaína proveniente de centro america. Cuando se presenta a la presidencia del senado, los hombres que asesinaron al confidente, serán asimismo asesinados, por lo que un detective de vuelta de todo, intentará, por sus cojones, resolver este caso como sea.
Bueno, como curiosidad, y para completistas, no es ni de lejos lo peor a lo que nos podemos enfrentar de Franco. Y aunque ya se van viendo pinceladas de lo que se avecinaba, al final solo se trata de una mala película estándar, al menos soportable. La fascinación no brota albergada en algún recóndito lugar en sus fotogramas.
A Jesús Franco le gustaba contar, que cuando Orson Welles vino a españa con la intención de contratar un director de segunda unidad para “Campanadas a medianoche”, eligió a Jess Franco tras ver su película “La muerte silba un Blues”.
Emiliano Piedra, productor español de Welles en aquél tiempo, le dijo que ni se le ocurriera contratar a Franco, ya que era un director horroroso. Para sacarle de dudas, le sentó en una butaca  e hizo que se le proyectara este “Rififí en la ciudad”, ya que la consideraba la mayor mierda jamás filmada. Debió ponerle cualquier otra, porque, según Franco, “Rififí en la ciudad”, es la película suya que más homenajea el estilo de Welles, por lo que al terminar la proyección ordenó que se contratase a Franco inmediatamente, ya que supo vislumbrar el posible homenaje, lo cual ya adecuaba al director Madrileño a ser el segundo de Welles. Verdad o no, lo cierto es que Franco acabó siendo director de segunda unidad de Welles, y “Rififí en la ciudad” una de sus películas más respetadas.
Por otro lado, el protagonista, un popularísimo por aquel entonces Fernando Fernán Gómez que da vida al detective, cuenta que rodaron la película en Marbella, y que siendo Franco uno de los productores, gran amigo suyo y con quién se pegaba unas juergas de cojones, aceptó rodar a cambio del dinero suficiente para mantenerse en Marbella durante el rodaje de la película, y para sus juergas nocturnas. Después percibiría primas según taquillaje. Dice Fernán Gómez, que después de rodar no vería un solo duro. Y no me consta que a corto plazo la película tuviera vida comercial. Aún así, Fernán Gómez en sus memorias, no guarda una mala consideración de esta película –como si la guarda de otras muchas que hizo- ni de Jesús Franco en general, si comentando que se trataba de una película en la que el presupuesto brillaba por su ausencia, y que en consecuencia, flipaba viendo como la cosa avanzaba sin mayores problemas.
Trabajarían juntos, de hecho, en más ocasiones.

viernes, 28 de julio de 2017

GOTHIC

Aunque nuestro país fue uno de los poquísimos que estrenó  “Gothic” en cines –y que vieron poco más de 160.000 espectadores-, mi relación con la película no comienza en los cines, sino, como podrán imaginar ya que en este blog es una obviedad, en el videoclub.  La historia no es nueva por aquí; mil y una veces me topé con la carátula en las estanterías, y mil y una veces no la alquilé del miedo que me daba lo que en ella aparecía. Y es que el póster era potente. Un pequeño diablillo haciendo dios sabe qué, sobre una indefensa damisela. Mi imaginación le daba mil y una opciones a aquella imagen. Pensaba, por supuesto, que se trataba de una película dónde un pequeño diablillo con malas pulgas hacía mil y un fechorías. 
Claro, que esa potente imagen que da vida al póster y posterior carátula, inspirada en una pintura de Fuseli, “The Nightmare”, tan solo aparecía unos segundos en pantalla. Porque en realidad la película no trataba de un diablillo asesino como fantaseé con la carátula en mis manos, y mi decepción con “Gothic” fue mayuscula. Lo comprobé a los pocos años, cuando ya  bastante entrado en la adolescencia, volví a alquilarla y comprobé que se trataba de una película de horror de época, que daba muy poquito miedo y que nada tenía que ver con lo que yo quería que fuese, esto es, una suerte de “Leprechaun”, antes de que las películas sobre este duende existieran. Me pareció, como casi todo lo de su director, el megalómano Ken Russell, un soberano coñazo insoportable.
Sin embargo, ahora con 40 años decido volver a verla con mayor conocimiento de causa, mayor predisposición al aburrimiento y menos prejuicios, y resulta ser una película cuyo valor radica, quizás en la estética, en la cuidada ambientación y en lo curioso de su trama, y sin llegar a aburrirme del todo,  maldigo el nombre de Russell ya que si bien tiene cuidado en todos estos aspectos, es un absoluto negado a la hora de crear atmósferas y terror. Se excusa en el hecho de que es un terror clásico y no contemporáneo… pero no hay excusas que valgan. Lo cierto es que por ese lado, flojea.
Así, el señor Russell se saca de la manga una ficción en la que unos señoritos aficionados a la literatura fantástica como puedan ser en matrimonio Shelley o John William Polidori, se reúnen en la mansión de Lord Byron con el fin de ponerse hasta el culo de Éter o Laudazo y meterse ellos mismos el miedo en el cuerpo contándose historias de miedo, y que a su vez, esto sea el gen para escribir sus nuevas historias. En estas, que esta reunión sirvió a Mary Shelley para escribir “Frankenstein, o el nuevo Prometeo”, y a Polidori para escribir “El Vampiro”. Y el resto es historia.
La producción costó cerca de los cinco millones de dólares y no recaudó ni uno. Un fracaso absoluto al que se le confiere el estatus de culto, gracias al nutrido grupo de seguidores que defienden la película y el cine de Ken Rusell.
En cuanto a la película a rasgos generales, pasable, sin más. Con sus pocas virtudes y sus pocos defectos, y sin nada verdaderamente destacable, porque, lo mejor de la película, es el póster.
En el reparto, como Lord Byron tenemos a Gabriel Byrne , como Percy Shelley tenemos a Julian Sands y como Mary Shelley a Nastasha Richardson, rostros todos ellos muy populares a posteriori en producciones de todo tipo de finales de los ochenta y principios de los noventa.

lunes, 24 de julio de 2017

BIGAS X BIGAS

“Bigas X Bigas” es un montaje de los vídeo-diarios que el director Catalán Bigas Luna dejó registrados en cintas, en una época comprendida desde 2000 a 2007. Se asegura que había más de 500 cintas de vídeo, 600 horas de material y otros tantos audios. Que de todo ese material haya salido una cosa tan sosa y poco emocionante como es “Bigas X Bigas”, se debe a dos motivos; Uno, que los vídeos diarios de Bigas no eran buenos. No había una intención artística ni creativa más allá de grabar aspectos de los momentos vividos por Bigas Luna, sin mayor afán (quizás) que el de dejarlos registrados, con lo que la grabación no se cuida en absoluto. Digamos que es como el que graba una boda o un bautizo. Nada, vacío. Dos, el material, obviamente, no ha sido manejado por Bigas Luna. La dirección y la edición corren a cargo de quien fuera director de la segunda unidad de “Yo soy la Juani”, Santiago Garrido Rua, por lo que lo que estamos viendo es su visión; él le imprime un ritmo y una narración, por lo que de Bigas Luna no hay más, en la película, que el material filmado. Por otro lado, en lugar de montar ese material como si fuera un  espectador pasivo, tomo parte del material dándole un orden, un estilo, una cadencia, y sobretodo, eleva lo grabado a una dimensión mucho más pretenciosa y pedante de lo que ya de por sí era Biga Luna, cuando quizás, lo bueno hubiera sido mostrar todo ese material con sencillez.
Al margen de todo eso, los video diarios de Bigas —o al menos lo que nos muestra la película— no tienen nada de especial y todo se nos muestra a pinceladitas; le vemos cultivando su huerto, pintando sus cuadros, cocinando, haciendo pan, nos presenta a su perro, le vemos filmando en rodajes, pidiendo a amigos que cuenten anécdotas… pero todo es tedioso. Se diría que Bigas grababa por grabar. Sin ninguna pasión en ello; sí en lo que se empeña que sea retratado en ese vídeo. No le importa el vídeo, pero sí su huerto, sí sus cuadros.
Al menos la iniciativa, a priori, parecía interesante.
Más interesantes me han parecido los extractos de algunos de sus cortometrajes, muchos de ellos inéditos, algunos de carácter absolutamente amateur, que demuestran el amor de Bigas Luna por el cine, más allá de los trabajos estrenados en salas de manera comercial. O sea, que entre las muchas cosas que hacía al margen de su trabajo como director, además, hacía cortometrajes por el placer de hacerlos. Un recopilatorio de esos trabajos si que sería interesante.

viernes, 21 de julio de 2017

PIERNAS LOCAS, LOCAS, LOCAS

“Piernas locas, locas, locas”, es una atípica comedia genuinamente ochentera de aquellas que tras sus estrenos, por norma general, tampoco multitudinarios, pasaban por nuestro país a través del alquiler de los añorados videoclubes. Y en sus estanterías, “Piernas, locas, locas, locas” si resultaba ser un alquiler de lo más habitual.
Una alocada –y cutre- mezcla de comedia deportiva y “Sex Comedy” con ligeros toques de comedia “Spoof”, al menos, en lo referido al estilo de muchos de sus gags ( “- Queremos tomar la ensalada del Chef” “-No va a poder ser, el Chef es un avaricioso”, dicen en una escena). Por estructura y contenidos, una película muy deudora de “Los Albóndigas en remojo”.
Conocida como “Off The Mark”, y también como “Crazy Legs” en sus versiones anglosajonas, “Piernas locas, locas, locas, cuenta la historia de un niño aspirante a alteta (corredor de Triatlón) que tras una jugada de su amiguito ruso, acaba cayéndose de un columpio y queda incapacitado. Le operan, pero el  cirujano avisa a sus progenitores que aunque podrá entrenar, que se olvide de convertirse en un gran atleta; tras la caída y la posterior operación, el niño sufre la enfermedad de las “Piernas Locas”, enfermedad esta que en momentos concretos de estrés o tensión, hará que su cuerpo pierda el control de sus piernas actuando estas autónomamente. Al mismo tiempo, una jovencita con las mismas inquietudes que él, comienza a ganar carreras porque gracias al enorme tamaño de sus pechos, estos llegan segundos antes que ella a la línea de meta, motivo por el que los chicos contra los que compite están molestos, y motivo por el que esos mismos, poco después, se convertirán en sus amantes.
Pasa los años, se encuentran, compatibilizan, y con un tercero en discordia, un negro que ha perdido el alma –un “No-Soul Brother”, entrenaran para la carrera más importante carrera de sus vidas. Todo ello servido en un ambiente juvenil y no exento de juerga, y tetas y culos, y todos los clichés de las populares “Sex Comedies” línea “Screwball” contemporaneo.
Verdaderamente se trata de una cinta un tanto ingenua e infantiloide al que le han metido chistes de contenido sexual y desnudos femeninos para que no resulte tan infantil y atraer culos a las butacas, cosa esta que salió rana, porque al ser claificada “R” en su momento, y tener una exhibición reducida por dicho motivo, finalmente se convirtió en una película ignota y prácticamente desconocida para el público americano.
No obstante, y a pesar de sus momentos más aburridos, los gags, cuando su resultado es eficaz, hacen que bien merezca la pena un visionado.
En el cast principal, como portador de esas piernas locas, locas, locas,  tenemos a Mark Nelly, visto en otras “Screwball Comedies” contemporaneas como puedan ser “Escuela de Azafatas” o “ Harvard, Movida Americana” así como se despediría del mundo de la actuación en 1994 con “Night of the Demons 2”. La dueña de esos suculentos pechos que llegan antes a la meta que el resto tenemos a la bella Terry Farell, a la que hemos visto paseando su palmito por diversas producciones tales como “Regreso a la Escuela” o “Hellraiser III” para acabar con su estructura osea en el mundo de la televisión. Como el negro que ha perdido el alma, tenemos a Clarence Gildyar Jr. que con algo más de suerte, llegó a aparecer en “Top Gun”, “Karate Kid II” o “Jungla de Cristal”, sin llegar a tener ninguno de los tres más roles protagonicos que los de esta película. Segundones de por vida.
No menos que el director de la película, Bill Berry, quien diez años de esta dirigió el “Blaxploitation” “Brotherhood of Death” y luego ya, como dirian los catalanes, se ganó las garrofas como asistente del director de innumerables películas de la más variada índole y el más raro pelaje, a la vez que produjo toda suerte de productos de serie B/Z destacando entre todos “Night of the Demons 2”, “Leprechaun 3” o “Los Chicos del Máiz 666”.
Una carrera de lo más simplona y curiosa, no obstante.
Véanla, se pueden echar alguna que otra risa.

miércoles, 19 de julio de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "DESPERADO"

Les dejo con unos fotocromos de los más misteriosos, raros y desperados...
La reseñá se la curró Aratz en su momento. Aquí.














viernes, 14 de julio de 2017

FINDERS KEEPERS

“Quién lo encuentra, se lo queda” —título latino que me encanta...— sería una traducción más o menos decente para la expresión “Finders Keepers” que da nombre a esta T.V. Movie de los canales Pay Per View y que se ha estrenado por esa misma vía con el título Español citado al principio.
Se trata de un insípido producto a priori adscrito al subgénero de muñecos asesinos. Sin embargo, y aunque efectivamente la asesina es una muñeca, esta no hace aparición animatrónica  o infográfica alguna. Y es que, consecuencia, obviamente, de la ya popular Anabelle,  -de “Expediente Warren” o la película que lleva su nombre, esta muñeca aparece tiesa como un palo, cometiendo los asesinatos su dueña, una niña que, para más inri, comete sus fechorías, casi siempre, fuera de cámara.
No obstante, todo esto daría lo mismo si la capacidad para  asustar de la película no fuera absolutamente nula, o en el mejor de los casos, que se tratase de una buena película, pero no. Imagínense la peor película de terror del presente siglo, con todos sus clichés y tópicos. Pues justo eso sería “Finders Keepers”. Una películucha de terror como tantas que hay, que no aportan absolutamente nada, ni al género, ni a nuestro entretenimiento.
Cuenta la historia de una “Muñeca quitapenas”. Estas muñecas, según su folclore, se ponían a la cabecera de la cama de los niños que tenían pesadillas con el fin de que les protegiera y ayudara a dormir. Así, una mamá soltera y su hija se mudan a una casa dónde hay en el suelo una de estas muñecas, fea como un demonio y que hace presagiar que nada bueno trae consigo, pero, aún así, la hija de esta señora queda prendada con ella. Y claro, comienzan a ocurrir casos extraños, hasta acabar estos en violentos asesinatos perpretados, no por la muñeca, sino por la niña, que está conectada a ella. Y a partir de ahí, más de lo mismo durante hora y media.
Poco más que decir. Para completistas que sabrán verle los puntos positivos.
Curiosamente, la protagonista es Jaime Pressly, que ha aparcado su potente bis cómica, su palmito y su exhuberancia, ha tapado sus comunes escotes, y ha cortado su melena rubia, para pasar de ser la adolescente cachonda de “Fuera de Onda” o “No es otra estúpida película Americana”, a ser una madura divorciada cuarentona, que lo pasa fatal viendo como su hija hace cosas raras. Una actriz cómica cambiando de registro y haciéndolo muy bien, que sería el único motivo para tener en cuenta esta película.
Por otro lado, el director sería Alexander Yellen, que debuta en la dirección con este telefilme, pero  que ha sido director de fotografía o de segunda unidad de incontables producciones, siendo lo más destacable los “Mega shark Vs. Giant Octopus” de Jack Perez o  “Mega shark Vs. Mecha Shark”  de Emile Edwin Smith. Carne de “The Asylum”, aunque esta “Finder Keepers” es una película completamente seria. Solo que muy mala.

miércoles, 12 de julio de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "EL CHIP PRODIGIOSO"

Aquí les dejo los fotocromos de este clásico de Joe Dante, remake inconfeso a su vez de otro clásico como era "Viaje Alucinante" de Richard Fleischer, y si pinchan aquí, verán las otras veces que hemos hablado de la película en este sacrosanto blog.













lunes, 10 de julio de 2017

EL VIAJE DE POPEYE

Con motivo del 75 aniversario de Popeye, el estudio Claymation puso en marcha el proyecto de realizar un  mediometraje sobre el mítico personaje para su estreno en televisión. Pero el proyecto tiene que ser abortado cuando, irremediablemente, el estudio se vio en bancarrota. Pero el 75 aniversario estaba ahí, y la gente de Mainframe Entertainment se hizo cargo de ese proyecto, que sería distribuido nada menos que por Lions Gate. Se trataba de hacer un especial televisivo  en unos tiempos en los que se renegaba de la animación tradicional en pro de la animación 3-D. Y así, contratando al director Ezequiel Norton,  y con un presupuesto que no daba para las calidades de lo que Pixar o Disney estaba haciendo en cine, se le hizo el peor homenaje que se le podía hacer a un personaje más grande que la vida. Casi mejor, si no se hubiera hecho nada.
Resulta muy duro tras ver los cortometrajes de la factoría Fleischer, e incluso los posteriores, incluídos los de Hanna – Barbera, ver un mediometaje como este, que no solo es que tenga una animación de lo más cutre y fea, sino que hace gala de una falta de originalidad abrumadora, así como la incorrección política implícita en todo Popeye aquí brilla por su ausencia, hasta tal punto que Popeye y Brutus, son amigos.
El argumento es tan soso, como que Popeye, junto a su amigo Brutus, Olivia y Cocoliso, se echan a la mar en busca del padre de Popeye que ha desaparecido, por lo que tendrán que sotear los peligros y los órdagos que les echa la malvada bruja del mar. Así de complicado.
Un absoluto mierdote a todos los niveles y una falta de respeto para los personajes creados por Segar, máxime cuando un producto que requería un mínimo de cariño y de dinero en la producción, está realizado de la manera más económica posible, y sin ganas, por una panda de ineptos. Por otro lado, como la película está destinada al  público con menos criterio que existe, que son los niños, eso les sirve como excusa para cometer el crimen que han cometido. Porque, es que estéticas o tipos  de animación aparte, esto es un aburrimiento solemne, cosa que no fue Popeye, ni tan siquiera en aquella serie tan mala que fue “Popeye y su hijo” a finales de los ochenta y los albores de los noventa.
Dando la voz a Popeye, tenemos a Billy West, reputado actor de doblaje que, surgido de la radio, del staff de los programas de Howard Stern, admite que esta película fue el trabajo más duro de su carrera, porque hacer de Popeye y que le quedara bien, le dejó la garganta bien jodida, para que luego el resultado final del especial 75 aniversario, fuera esta porquería.
Un asesinato, eso es lo que es esta peli.

viernes, 7 de julio de 2017

BENIDORM MON AMOUR

“L’Alquería Blanca” fue una serie del Canal Nou, rodada en Valenciano y para los habitantes de la comunidad Valenciana, que fue un éxito sin precedentes y todo un hito en la historia de la televisión Valenciana. En ella, se contaban las peripecias, en tono melodramático, de los habitantes de un pequeño pueblo Valenciano durante la decada de los sesenta.
En plena fiebre con la serie, Canal Nou cierra en 2013 y deja a los espectadores Valencianos sin poder ver el final de la serie que ya solo se podría visionar si uno compraba la última temporada de la serie en DVD.
Un éxito absoluto que sin embargo, y como es lógico, fuera de la comunidad Valenciana, nadie sabía nada de la mentada serie televisiva.
Sin embargo, el público, tres años después de la cancelación de la serie, seguía parando al elenco de actores por la calle, y diciéndoles lo mucho que echaban de menos la serie. Pero la serie ya no podía volver sin una televisión autonómica a la que acogerse. Así pues, Santiago Fumarola, director de la misma, planeó una película para cine con el fin de que su creación no cayera en el olvido. Entre subvenciones estatales y demás, consiguió un presupuesto de un millón y medio de Euros.
Y así se da pie a una de las películas más raras del cine Español de los últimos años. Porque para que se hagan una idea; la serie “L’Alquería Blanca” era una serie al estilo de “Amar en tiempos revueltos”,  uno de esos folletines de al medio día, que enganchan a señoras de más de 50 años de edad y ancianos, un drama de época donde en cada episodio se muestra una intriga ligera a resolverse en próximos capítulos, o que no llega ni ha resolverse.
Bien, pues el resultado de la película que adapta estas premisas, cambia el tono y las maneras de la serie hasta tal punto, que le da la vuelta a esta como a un calcetín. Amparandose en el hecho de que se trata de una precuela de la serie, este “Benidorm Mon Amour” es una “Sex Comedy” linea “Screwball” a la española, mucho más deudora de “Porky’s” – y quizás sin intención de deberle nada a la película de Bob Clark- que de cualquiera de esas rancias series, incluida la propia “L’Alquería Blanca”.
Para ello, y sin salirnos de los años 60, se traslada la acción a los tiempos mozos de unos cuantos de los protagonistas de la serie, haciendo que, durante el permiso de uno de ellos, que está haciendo la mili, estos le recojan a las afueras de Alquería Blanca, para llevárselo a Benidorm con el fin de que este eche un polvote con alguna guiri que veranee por allí.  De hecho, conocen a un grupo de desinhibidas Francesas, y comienza la juerga, el despelote y el despiporre. Un arsenal de chistes zafios, pedos y cagaleras se apoderan de una película que no va a ninguna parte, a la que se le enreda el argumento más de la cuenta cuando introducen algún chiste al estilo “Spoof” – como la película está subtitulada al castellano porque está rodada en Valenciano, uno de los protagonistas que solo habla Castellano, rompe la cuarta pared, agarrando con las manos los subtítulos y leyendolos-, o cuando introducen una subtrama con un intercambio de petates por parte del militar y un atracador de bancos, que les costará una investigación policial por parte de dos ineptos agentes.
Mala, zafia, estúpida y con unos actores espantosos, me imagino la cara del matrimonio  seguidor de la serie que se acercara al cine a ver algo de la serie, y se encontrara con esta comedia desmadrada, sexista y escatológica.
Pero no se debió dar el caso porque con veintitantas salas en las que se exhibió en la comunidad Valenciana, y otras dieciséis en el resto de España –dónde no tenía ningún sentido su estreno-, el fin de semana de apertura solo logró recaudar cerca de 3000.000 Euros.
Haberlos haylos, y bien descarados, pero desconozco si esta película se benefició de alguno de los chanchullos habituales del cine español, tales como la propia compra de lo calidades por parte de la misma productora con el fin de llegar al mínimo de la cuota de pantalla, pero al final de su vida comercial en cines, la película solo obtuvo 31.000 espectadores  -me parecen muchos para la risión de dinero que recaudó en su estreno-  y unos ingresos de casi 71.000 Euros. Así que ya me contarán, que negocio es este para una película de cerca de un millón de Euros, según fuentes de Internet.
No obstante el fracaso era cantado, no solo por el cambio general de tono de lo que era la serie y lo que es la película, sino porque, hoy por hoy, lo que el público puede ver gratis en la tele sin desplazarse de su domicilio, no es de su interés a la hora de salir a casa e ir al cine. Y menos en un producto de estas características. Eso si, el público español no va al cine, pero da su opinión en todo momento. España amigos. Cuanto la amo.
Al margen de todo esto, Santiago Pumarola, ha conseguido una de las películas más bizarras y marcianas del cine Español, por un lado, porque “Benidorm Mon Amour” es una buena muestra de cinematografía regional –en este caso la Valenciana, como lo es, por ejemplo, “Amanece como puedas”- y por otro lado, una “Secrewball Comedy” de nueva hornada, con todos los clichés y tópicos inherentes al subgénero, y sin embargo, estoy convencido de que en ningún momento los responsables tenían previsto hacer una comedia de esas características. Y eso es muy grande.
De hecho, ni 10 minutos de película hacen falta para ver en ella, que el que está de permiso de la mili se viene tirando pedos porque hace días que no caga, y los colegas se lo llevan de juerga a Benidorm, a que se tire a una extranjera. Casi parede un remedo de algunas de las secuelas de “Polo de limón”.
Por lo demás, la ambientación en los sesenta es bastante austera, el diseño de producción de lo más pobretón, el ritmo, con la facilidad que viene se va y Benirdorm y la playa no se ve más que de lejos. Pero mola un montón que exista una cosa de estas.
El director, Pumarola, se dedica habitualmente a la televisión, y su única película además de esta, data de 1998 y se titula “Mi día de suerte”.  Y ahí va otra marcianada; resulta que la película es Portorriqueña y, lógicamente, tan solo se estrenó en Puertorico. Vamos que una carrera cinematográfica de lo más extraña la de este Pumarola.

jueves, 6 de julio de 2017

OKJA

Estoy leyendo demasiadas tonterías en base a esta película. La más recurrente el desfile de personajes excéntricos y alocados que Bong Joon-Ho ha creado, pero también que si es una película casi de corte infantil (no le veo problema a eso) y sobre todo que el activismo e ideas del director se han abierto paso en su trabajo. Y la verdad es que todo esto no me parece más que mierda. En la actualidad hay críticos de cine, y muchos que ni siquiera lo son, que se piensan, o esperan que una película les cambie la vida. Señores, es una película, una puta película, es para entretener y hacer caja, si además puede enseñar algo, o revolver algo en la conciencia del espectador, miel sobre hojuelas, pero nunca hay que perder de vista que el cine es entretenimiento, si le quitas eso no queda más que una sucesión de imágenes que puede o no tener sentido.

Sobre los personajes excéntricos, parece que estos críticos no han visto más películas coreanas, si me descuidas asiáticas, que esta. Estos arquetipos son muy comunes en el cine que llega de oriente, no tendrían que pillarnos por sorpresa. ¿Qué pueden llegar a rozar el ridículo? Puede, pero imaginen a Alfredo Landa en plena playa, con su pelo en pecho, su tripa de señor maduro, su escasa estatura y su slip paquetero ligando con bellas suecas por las playas de levante. Ahora véanlo desde la perspectiva del espectador asiático. Ridículo ¿Verdad? Pues eso. Volvemos a lo de siempre, nos creemos el ombligo del mundo, y todo tiene que ser como ha sido siempre alrededor nuestro, si algo se sale de la norma está mal, o es un despropósito, pues no.

¿Película infantil o casi infantil? Pues casi, pero tiene cierta lógica, la protagonista es Mija, una niña que desde que tenía 4 años se ha criado con Okja, la cual le es arrebatada para despedazarla cachito  a cachito. Es cuando recuerdo E.T. el extraterrestre, y es que salvo por comerse al bicho, el argumento es más o menos similar. Creo que eso no es malo, nadie en su sano juicio diría que la película de Spielberg es peor por estar enfocada a un público juvenil. Cierto que Okja no lo está per se, pero es una película que perfectamente puede ver un crio, que pasara miedo en las escenas del matadero, al igual que nos pasaba cuando veíamos a E.T. sobre aquella camilla con doctores a su alrededor.

El activismo, el veganismo y la crítica a la industria alimentaria. De primeras, ni la niña ni el abuelo son veganos, no se les ve comer carne, pero bien que comen pescado, huevos y pollo (que hasta donde yo sé es carne, otra cosa es que haya quien quiera obviarlo) y cuando aparece un personaje que es abiertamente vegano (el activista Silver) se nos presenta como un estúpido que con total de dejar la menor huella posible en el planeta, está todo el tiempo débil y medio enfermo. Tampoco el resto de grupo de activistas son canela en rama, cada cual tiene su tara, incluso el líder, muy bien interpretado por Paul Dano, es una pequeña parodia del “Todo ser vivo es hermoso y por ello te quiero”. En cuanto al profesor Jhonny, una especie de Frank de la jungla mega histriónico, me ha parecido un personaje interesante. Al ser tan alocado los críticos han perdido de vista lo que realmente nos cuenta. Un hombre concienciado con su trabajo, que al perder relevancia y a la vez autoestima, se vende a una mega corporación de justo lo contrario a lo que el promueve. Que es excéntrico, pues claro, así es el papel, pero a Jack Gyllenhall no se le puede poner ni una sola pega. Hace su papel como tiene que hacerlo y consigue que te de entre asco y medio pena, no entiendo que le caigan tantos palos por hacer lo que tenía que hacer.

En definitiva, no hagan ni puto caso a las criticas, véanla y juzguen.

Okja nos cuenta la historia de los supercerdos que una gran empresa cárnica ha desarrollado. Entregan un superlechón a distintos granjeros repartidos por el mundo, para 10 años después ver cuál es el mejor y más sanote. Esto no es más que una maniobra de marketing a largo plazo, pero no contaban con que una niña coreana crease unos lazos tan fuertes con el animal.

Llegado el día se llevan a Okja a EEUU y posteriormente al matadero, el cual era su destino desde el principio, a lo que tanto Mija, la niña, como un grupo de activistas intentaran por todos los medios liberar a Okja.

miércoles, 5 de julio de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "OJOS DE FUEGO"

Aquí todo sobre "Ojos de fuego". Entre todo ello, la reseña que firmó Naxo en su momento.
Y aquí, los fotocromos:













lunes, 3 de julio de 2017

SEX ED

Si bien las “Sex Comedies” siempre se deben, o bien al cine más comercial y taquillero, o bien al cine de serie B de más bajo presupuesto, “Sex Ed” sería la respuesta indie a las comedias de temática sexual. Y como en el cine indie, por norma general, predomina más la autoría de la cinta que los resultados comerciales, podemos decir que tenemos ante nosotros una genuina “Sex Comedy” de corte “Screwball” con sello de calidad, con sello de autor.
No obstante, sería una película que respeta absolutamente las señas de identidad del subgénero de tetas y culos, así como los parámetros impuestos por el cine “indie”. Con lo cual, en beneficio de una u otra cosa, se resiente un poco la parte guarrindonga; no hay tetas ni culos en esta película, al igual que la espantosa moralína implícita en la comedia americana gamberra –quizás para justificar tanto salvajismo, en muchos de los casos-, hace acto de presencia en “Sex Ed”, chocando esto un poco con las intenciones rupturistas de cierto cine “Indie”, al que sin duda “Sex Ed” se adscribe. Sin embargo, la verdad es que, sorprendentemente, “Sex Ed” está muy, muy bien.
Un joven profesor de geometría, consigue ejercer en una escuela pública en un barrio marginal de Tampa. Cuando llega a su aula, se encuentra con una niña que llora desconsolada porque dice que se está muriendo de cáncer, ya que “le sale sangre del potorro”.  Se da cuenta entonces de que en ese colegio los pre púberes no tienen ni idea, y sí muchas dudas en torno al sexo, y decide por su propia cuenta y riesgo, impartirles las necesarias clases de educación sexual. Sin embargo, cuando muchos de los jóvenes se deciden a experimentar y corren a pedirle consejo a su profesor, este no puede darles muchos datos, porque aunque conoce la teoría, no sabe nada de práctica ya que es virgen.
Por otro lado, se enamora de la hermana de uno de los alumnos, y se las tendrá que ver con el conservador padre de otro de los chicos, un reverendo de alguna iglesia baptista que no ve con buenos ojos que su hijo aprenda guarrerías en clase.
Verdaderamente simpática y divertida.
Desenvolviéndose muy bien tanto por la comedia sexual gamberra –los númeritos del compañero de piso del protagonista son totalmente deudores de las mamarrachadas del Sean William Scott  de los buenos tiempos-, como por el cine indie de corte casi neo-realista en el que todo son dramas, “Sex Ed” resulta ser un soplo de aire fresco en lo referente al cine independiente y sus estándares, porque se deja de rollos pseudo intelectuales en torno a la América blanca de parque de caravanas (como la insoportable “Juno” que si que hace eso) a favor de la diversión más intrascendente, pero con maneras de aquél que quiere hacer arte con su cine. Con lo cual, estamos ante una rara avis dentro del género, que por suerte es muy apta para todo tipo se públicos.
Presentada en el festival de de cine de Pórtland de 2014, dónde se alzaría con el gran premio del jurado a la mejor película narrativa, “Sex Ed” no conseguía una distribución comercial, hasta que la gente de MarVista Entertainment, un pequeño y reciente estudio con los ojos puestos en el cine de terror como especialidad, y con las plataformas de “Video On Demand” como principal fuente de ingresos, puso los ojos en ella, ofreciéndole un estreno reducido en salas y su estreno a nivel mundial en VOD.
“Sex Ed” supondría el debut en el largometraje de  Isaac Feder, que tras unos cortos y esta película, se ha hecho fuerte en el mundo de la televisión dónde su estilo encaja a la perfección.
Por otro lado, “Sex Ed”, y por ende, el cine indie, supone un refugio para un muñeco roto de tal envergadura como es Haley Joel Osmet, popular en todo el mundo por ser “El niño de “El Sexto Sentido”, la película de M. Night Shyamalan, aunque antes de eso había sido  hijo de Forrest Gump, al que en la adolescencia se le truncó un tanto la carrera por culpa de las juergas y las drogas, y que no levantó cabeza hasta que hace bien poquito le rescató KevinSmith para su película “Tusk”. En 2014, en “Sex Ed” se le ofrece el papel protagonista, y a partir de ahí no ha parada de trabajar, sintiendose Osmet como pez en el agua en terreno independiente.  Secundándole, tenemos a la muy follable Lorenza Izzo, actriz Chilena popular a nivel mundial por ser la esposa de Eli Roth y por aparecer en películas como “El Infierno Verde” o “Toc, Toc” –dirigidas por su marido- que interpreta a la hermana de pocas luces que se convierte en el objeto del deseo de nuestro torpe –y virgen- protagonista. También tenemos al actor latino de moda en los USA, Ray Santiago al que hemos podido verle, a él y su tupé, sobretodo en la serie “Ash Vs. Evil Dead”, en “Admitido” y en “Los padres de él”.
Muy recomendable.